Publitia, una de las empresas que están operando como distribuidoras a los medios de comunicación de la publicidad vinculada a la actividad institucional de la Xunta de Galicia, fue hasta hace tan sólo diez meses propiedad de Enrique Varela Vázquez, uno de los cargos de confianza nombrados discrecionalmente por el nuevo Gobierno gallego, en este caso para un puesto de responsabilidad en la Secretaría Xeral de Medios, que dirige Alfonso Cabaleiro.
Enrique Varela Vázquez, conocido en el sector como Quique Varela, es el asesor y hombre de confianza de Cabaleiro para planificar, negociar y distribuir la publicidad de la Administración autonómica. Hasta el 8 de enero de 2010, Varela fue propietario y administrador único de Salón Mirate SL, empresa viguesa especializada en la venta de publicidad y propietaria a su vez de Publitia, dedicada a la misma actividad y creada por el propio Varela, que ya era asesor de la Xunta y actuaba como interlocutor de la Secretaría Xeral de Medios, cuando se desprendió formalmente de su participación en estas sociedades. Desde esa fecha, las empresas quedan en manos de Jesús María Ramos Arévalo, cuñado de Enrique Varela.
Sin embargo, sus antiguas empresas, o al menos una de ellas, Publitia SL, con sede en la calle Uruguay de Vigo, gestiona la publicación en los medios de comunicación de publicidad vinculada a la actividad del Ejecutivo autonómico, actividad por la que percibe un porcentaje del coste total de cada inserción publicitaria. Es el caso, por ejemplo, de la publicidad encargada para difundir el proyecto de la conexión viaria entre la autovía Rías Baixas y Celanova, en el mes de mayo, coincidiendo con la visita del presidente Alberto Núñez Feijóo a Ourense para anunciar la licitación de la obra.
La orden de contratación del anuncio llegó a los medios a través de la empresa que cuatro meses antes era propiedad del hombre que hoy se encarga de asesorar al presidente de la Xunta sobre las estrategias de publicidad. Ahora la misma empresa pertenece a un cuñado de Varela, Jesús María Ramos Arévalo, quien figura en los informes oficiales como administrador único de la sociedad matriz, Salón Mirate SL.
Enrique Varela es el hombre elegido por el secretario xeral Alfonso Cabaleiro, para regular, supuestamente de forma objetiva, las relaciones comerciales del Ejecutivo autonómico con los medios de comunicación. Para ello, ha mantenido reuniones con directivos de empresas del sector en las que les comunicó su intención de crear un nuevo marco, con el que pretende intervenir e imponer la política de precios, ahora estipulada por la realidad del mercado y la libre competencia. Además, la intención de Enrique Varela, cuyo diálogo con los medios se ha desarrollado en ocasiones en tono amenazante, consiste en imponer como intermediarias en la facturación a terceras empresas (elegidas discrecionalmente por la propia administración) que se quedarían con un porcentaje de las ventas. En este tenso diálogo con las empresas de comunicación, Varela no ha dudado en intentar condicionar las campañas de publicidad de la Xunta con exigencias de carácter informativo, con la pretensión de garantizar un trato amable y favorable a los intereses de los dirigentes del PPdeG y del Gobierno gallego.
Enrique Varela, con el pretendido argumento de la regulación y la transparencia, anunció desde su llegada a la Xunta su deseo de modificar el mapa de la comunicación de Galicia, a su juicio incontrolable para los intereses del Ejecutivo, así como de las relaciones entre las empresas que la integran y el Gobierno gallego.
Con ese discurso, Varela ejerce como negociador con los medios, intentando imponer líneas editoriales, las empresas en las que fue fundador o directivo participan en el reparto de las campañas de publicidad de la Xunta, unas veces de forma directa y otras indirectamente, como es el caso, por citar sólo otro ejemplo, de una orden recibida por una empresa de comunicación el 15 de septiembre. En ella, otra compañía del sector, encarga un anuncio dentro de la campaña 'Plan de ordenación del litoral', de la Consellería de Medio Ambiente, y, en las observaciones hace constar literalmente: 'El material lo envía la agencia Publitia'.
Sin embargo, sus antiguas empresas, o al menos una de ellas, Publitia SL, con sede en la calle Uruguay de Vigo, gestiona la publicación en los medios de comunicación de publicidad vinculada a la actividad del Ejecutivo autonómico, actividad por la que percibe un porcentaje del coste total de cada inserción publicitaria. Es el caso, por ejemplo, de la publicidad encargada para difundir el proyecto de la conexión viaria entre la autovía Rías Baixas y Celanova, en el mes de mayo, coincidiendo con la visita del presidente Alberto Núñez Feijóo a Ourense para anunciar la licitación de la obra.
La orden de contratación del anuncio llegó a los medios a través de la empresa que cuatro meses antes era propiedad del hombre que hoy se encarga de asesorar al presidente de la Xunta sobre las estrategias de publicidad. Ahora la misma empresa pertenece a un cuñado de Varela, Jesús María Ramos Arévalo, quien figura en los informes oficiales como administrador único de la sociedad matriz, Salón Mirate SL.
Enrique Varela es el hombre elegido por el secretario xeral Alfonso Cabaleiro, para regular, supuestamente de forma objetiva, las relaciones comerciales del Ejecutivo autonómico con los medios de comunicación. Para ello, ha mantenido reuniones con directivos de empresas del sector en las que les comunicó su intención de crear un nuevo marco, con el que pretende intervenir e imponer la política de precios, ahora estipulada por la realidad del mercado y la libre competencia. Además, la intención de Enrique Varela, cuyo diálogo con los medios se ha desarrollado en ocasiones en tono amenazante, consiste en imponer como intermediarias en la facturación a terceras empresas (elegidas discrecionalmente por la propia administración) que se quedarían con un porcentaje de las ventas. En este tenso diálogo con las empresas de comunicación, Varela no ha dudado en intentar condicionar las campañas de publicidad de la Xunta con exigencias de carácter informativo, con la pretensión de garantizar un trato amable y favorable a los intereses de los dirigentes del PPdeG y del Gobierno gallego.
Enrique Varela, con el pretendido argumento de la regulación y la transparencia, anunció desde su llegada a la Xunta su deseo de modificar el mapa de la comunicación de Galicia, a su juicio incontrolable para los intereses del Ejecutivo, así como de las relaciones entre las empresas que la integran y el Gobierno gallego.
Con ese discurso, Varela ejerce como negociador con los medios, intentando imponer líneas editoriales, las empresas en las que fue fundador o directivo participan en el reparto de las campañas de publicidad de la Xunta, unas veces de forma directa y otras indirectamente, como es el caso, por citar sólo otro ejemplo, de una orden recibida por una empresa de comunicación el 15 de septiembre. En ella, otra compañía del sector, encarga un anuncio dentro de la campaña 'Plan de ordenación del litoral', de la Consellería de Medio Ambiente, y, en las observaciones hace constar literalmente: 'El material lo envía la agencia Publitia'.
