El conselleiro de Facenda e Administración Pública, Miguel Corgos, trasladó ayer martes a las organizaciones sindicales que los presupuestos de la Xunta para el año 2024 incluirán casi 9.800 millones de euros para gasto social, “el más alto de la historia de Galicia”.
Una semana después de que el preisdente avanzara las cifras de las cuentas, y a través de un comunicado de prensa emitido después de la reunión con los sindicatos, Facenda informó de que la Xunta “reforzará un año más tanto el gasto social tradicional (sanidad, educación y políticas sociales) como el gasto para el fomento del empleo”. Y añadiço que lo hará “tal y como lleva haciendo ejercicio tras ejercicio en los últimos años”.
Como es habitual en estas fechas, el titular de la consellería se reunió con representantes de los sindicatos para hablar de las principales líneas de las cuentas del próximo año. Por su parte, las centrales le recordaron la necesidad de abordar un plan de choque contra la carestía, otro industrial y el refuerzo de los servicios públicos, entre otras cuestiones.
En este marco, Corgos también explicó que los presupuestos del próximo año “consolidarán todas las rebajas fiscales aprobadas hasta ahora por el Gobierno gallego” e incluirán además “nuevas bajadas”.
Por un lado, el departamento autonómico apunta a la reducción del 8% al 3% en el impuesto de transmisiones de los vehículos de segunda mano y su eliminación en el caso de los eléctricos cualificados de cero emisiones y la bajada del tipo general del ITP (del 9% al 8%) para la compra de vivienda usa.
Preguntado sobre esta reunión antes de participar junto al vicepresidente primero, Diego Calvo, en una cita con la directiva de la Fegamp, Corgos extrajo una valoración “positiva” y restó importancia a que se haya realizado en víspera de que el Consello de la Xunta apruebe los presupuestos para 2024.
En este sentido, el conselleiro de Facenda defendió que existe “margen de maniobra” y “debate” para incluir sus propuestas durante el período de tramitación de las cuentas en la Cámara, durante el cual “pueden cambiar las partidas de gasto y los proyectos presupuestarios”. Por parte de los sindicatos, la CIG puso sobre la mesa la urgencia de un plan de choque contra los efectos de la inflación, uno industrial que contribuya a la recuperación y otro de vivienda pública. Además, y para la erradicación de la pobreza, Maica Bouza (CCOO) demandó medidas para el casi medio millón de gallegos que viven con menos de 10.000 euros al año.
