Los gobiernos gallego, madrileño y valenciano coinciden en la necesidad de 'reformas urgentes'

La Xunta pone en cuestión los salarios fijos en sanidad

Rocío Mosquera, titular de la Consellería de Sanidade, en una rueda de prensa. (Foto: ARCHIVO)
La conselleira de Sanidade de la Xunta, Rocío Mosquera, así como sus homólogos de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, y de la Generalitat Valenciana, Manuel Llombart, (los tres del PP) coincidieron ayer en la necesidad de abrir el debate sobre el estatuto marco de los funcionarios, al entender que la 'rigidez' del modelo hace difícil introducir las reformas necesarias para garantizar la sostenibilidad del sistema.
'Ninguno de los grandes países europeos tienen un sistema sanitario basado en funcionarios vitalicios cuya retribución es prácticamente la misma si trabajan bien o mal', aseguró Fernández-Lasquetty, quien pidió una reflexión sobre este punto para permitir la introducción de incentivos, en el marco del 20 Encuentro del Sector Sanitario que organizó en Barcelona Iese Business School, junto a KPMG.

El consejero madrileño aseguró que la resistencia a este cambio 'se ha vuelto en contra de los propios profesionales' porque dificulta a los médicos compatibilizar su actividad en la sanidad pública y privada, en una intervención en la que lamentó la rigidez de las reglas en las que se desarrolla la actividad sanitaria en España, pensadas para unos funcionarios del siglo XIX y que siguen utilizándose para gestionar los hospitales del siglo XXI, consideró.


UN DRAMA

Rocío Mosquera coincidió en que es necesario un debate para reformar la gestión del personal, porque es un 'drama' que las retribuciones sean fijas independientemente de lo que se haga, dónde se haga o cómo se haga, en un momento en que el sistema no da más de sí. Llombart, por su parte, ahondó en la idea y apostó por 'ir adaptando de una forma paulatina los marcos legales a las realidades', y a no tener miedo al cambio porque todo tiene un límite y el sistema sanitario español copa más del 30% de los presupuestos de las comunidades autónomas, en un momento en el que el envejecimiento de la población asegura que los costes serán crecientes.

Fernández-Lasquetty y Mosquera, adicionalmente, mostraron su desconfianza en que los sindicatos sean capaces de colaborar en estos cambios necesarios: 'con los sindicatos va a ser prácticamente imposible, y más con los sindicatos de clase que tenemos en nuestras organizaciones' sanitarias, señaló la conselleira, que también lamentó que la fragmentación por comunidades autónomas del modelo perjudica la introducción de reformas. El consejero madrileño lamentó el 'conservadurismo muy profundo' que impera en la sanidad ante los cambios, aunque insistió en que merece la pena abrir el debate sobre la madre de todas las reformas -el cambio en el modelo de funcionariado-, porque el debate no se puede eludir mucho más tiempo y de éste dependen muchas otras reformas; un debate que aseguró que a los profesionales les conviene liderar, aunque de los sindicatos 'desgraciadamente no podemos esperar nada', precisó.

'No queda otra' que aplicar fórmulas de colaboración pública y privada, incidió durante su intervención la titular de la Consellería de Sanidade.

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