Días después de que la Casa Real censurara el comportamiento del duque de Palma porque su conducta con sus negocios privados ha sido 'poco ejemplar', apartándole de los actos oficiales, el heredero de la Corona aboga por adecuar la institución de la monarquía a los nuevos tiempos.
Don Felipe de Borbón acudió a Barcelona para presentar la Fundación Príncipe de Girona donde realizó una encendida defensa de la ética como única forma de actuar en el mundo empresarial.
Aunque sin hacer ninguna alusión directa a su cuñado, Iñaki Urdangarín, en el discurso del Príncipe de Asturias sí hubo unas cuantas referencias con las que marcó distancias públicamente con el duque de Palma, investigado por presunta apropiación de dinero público mientras presidía la Fundación Nóos.
Don Felipe puso a Cataluña y a la fundación a la que da su nombre como ejemplos de cómo deben hacerse las cosas en la sociedad y en el mundo empresarial, donde deben primar 'la ilusión, responsabilidad, confianza, seriedad, liderazgo, rigor y coherencia'.
Pero, por encima de todo, lo más importante es que las actuaciones de las personas que trabajan en fundaciones y en proyectos emprendedores estén movidas por 'la ambición honesta y transparente'.
Esta frase adquirió mayor relevancia después del goteo de informaciones que señalan que la fundación que presidió Urdangarín, en principio sin ánimo de lucro, servía como canal para la obtención de beneficios que luego tanto el yerno del Rey como su socio en Nóos, Diego Torres, habrían buscado el modo de eludir a Hacienda, a través de paraísos fiscales.
