La cantante de Rehab está tan contenta con su operación de aumento de pecho que se muestra dipuesta a pasar de nuevo por el quirófano. El alcohol y las drogas redujeron su figura al mínimo, y ahora Amy Winehouse afirma que quiere volver a tener curvas para sentirse más femenina.
A Amy Winehouse le encanta su nuevo look, y se empeña en hacerlo saber a los demás. Fuentes de Contact Music afirman que la cantante 'ama sus pechos. No para de tocárselos y enseñárselos a sus amigos'. Es por ello que Amy quiere pasar de nuevo por la sala de operaciones para así lograr más curvas.
La misma fuente comentó: 'Amy dice sentirse femenina de nuevo y quiere volver a tener curvas para así acercarse más al look 'pin-up' que tanto le gusta'. La cantante estaría pensando en someterse a una operación para que le pusieran implantes de nalgas.
Allá por el 2003, cuando Amy entró en la escena musical, su aspecto no se parecía en nada al actual. Con cuatro tallas más, la cantante lucía una figura turgente y curvilínea, de apariencia mucho más saludable que la actual. Fue el abuso de las drogas y el alcohol, junto con la presión mediática que criticaba su aspecto, lo que la empujó a adelgazar hasta quedarse en los huesos.
Ahora, Amy ha decidido volver a su figura anterior. Para ello, ingiere cerca de 3.000 calorías diarias y pasa entre tres y cuatro horas cada día en el gimnasio. 'Amy es como una máquina en estos momentos. Sencillamente, no puede parar de comer. Le encantan los chuletones y los pescados cubiertos de salsas aceitosas', ha comentado otra de las fuentes.
La cantante, de 26 años, está tan centrada en su objetivo que se ha hecho instalar maquinaria de gimnasio en su propia casa, para así ejercitarse siempre que tiene tiempo libre. 'Una de las adicciones positivas de Amy es tener su propio gimnasio. Ha conseguido ponerse en forma, así que es una adicción realmente buena', ha afirmado Mitch, el padre de la artista.
La misma fuente comentó: 'Amy dice sentirse femenina de nuevo y quiere volver a tener curvas para así acercarse más al look 'pin-up' que tanto le gusta'. La cantante estaría pensando en someterse a una operación para que le pusieran implantes de nalgas.
Allá por el 2003, cuando Amy entró en la escena musical, su aspecto no se parecía en nada al actual. Con cuatro tallas más, la cantante lucía una figura turgente y curvilínea, de apariencia mucho más saludable que la actual. Fue el abuso de las drogas y el alcohol, junto con la presión mediática que criticaba su aspecto, lo que la empujó a adelgazar hasta quedarse en los huesos.
Ahora, Amy ha decidido volver a su figura anterior. Para ello, ingiere cerca de 3.000 calorías diarias y pasa entre tres y cuatro horas cada día en el gimnasio. 'Amy es como una máquina en estos momentos. Sencillamente, no puede parar de comer. Le encantan los chuletones y los pescados cubiertos de salsas aceitosas', ha comentado otra de las fuentes.
La cantante, de 26 años, está tan centrada en su objetivo que se ha hecho instalar maquinaria de gimnasio en su propia casa, para así ejercitarse siempre que tiene tiempo libre. 'Una de las adicciones positivas de Amy es tener su propio gimnasio. Ha conseguido ponerse en forma, así que es una adicción realmente buena', ha afirmado Mitch, el padre de la artista.
