Tras once años en la música y casi dos millones de discos vendidos, Javier Labandón, El Arrebato, disfruta del 'terreno conquistado' con su séptimo álbum, 'Campamento Labandón', que no es otro que su público, pero al margen de premios y reconocimientos, 'imposibles por su perfil'.
'Soy un artista de barrio, y siempre hay prejuicios con los artistas así. Nos dejan existir, pero estamos apartados y no quieren que nos mezclemos con otros más glamurosos. Pero estoy acostumbrado a convivir con ello. Así ha sido la historia de mi vida', ha explicado en Madrid durante una entrevista con Efe, con motivo del reciente lanzamiento de su nuevo disco, el 2 de octubre.
El artista sevillano ha hablado también sobre las desventajas de ser 'más terrenal' y cercano a la gente, algo que por otro lado le permite 'conectar rápido' con ella.
Un público que para Labandón representa su mayor 'reconocimiento', el que le ha llevado a alcanzar el disco de platino 'con cada uno de sus trabajos'.
'Nunca he esperado un premio. Ya lo recibí hace tiempo cuando cubrí mis espectativas: vender tantos discos y dedicarme a la música. Además, con la música que hago y mi perfil como artista, es prácticamente imposible que me den un premio en este país', ha dicho con la sinceridad propia de las personas sencillas.
Una realidad incómoda que El Arrebato no afronta apesadumbrado. porque se define 'patológicamente optimista'. Tanto es así que ni siquiera se sentiría 'desgraciado si 'Campamento Labandón' no se vendiera bien'.
Una sentencia arriesgada que puede permitirse porque se siente 'más seguro' que nunca, en un momento dulce en el que, sobre todo, le apetece 'disfrutar del terreno conquistado'.
Este séptimo disco llega bajo un nuevo sello, el de la Universal, una ocasión que el artista se tomó como una oportunidad, y no como una barrera a su independencia o un impedimento en la honestidad con su trabajo.
'Hasta ahora las compañías con las que he trabajado han respetado mis ideas, quizás porque tengo la fuerza (artística) suficiente como para imponer mi voluntad. El día que eso cambie porque bajen las ventas, será el momento de embarcarse en un proyecto propio'; algo de lo que está convencido, ha subrayado, ya que pensar que uno siempre estará en lo mas alto 'sería de ilusos'.
Orgulloso de sus raíces, 'Campamento Labandón' supone una declaración de intenciones, no es un nombre casual. Detrás de El Arrebato, está 'la persona, el autor', en definitiva, Javier Labandón, y con este título quiere 'reivindicarlo'.
Su 'mundo interior' y sus emociones son su campamento particular, ese al que el sevillano hace referencia en este trabajo discográfico, donde las 'vivencias' vuelven a ser la inspiración fundamental de la letra de sus canciones. 'No sé inventar historias', ha añadido.
Ha querido reivindicar también su 'lado romántico', eligiendo como single de lanzamiento una balada, 'Aquí me tienes', que asegura compuso por pura 'inspiración' y en apenas tiempo.
'La gente siempre me imagina cantando una rumbita simpática, pero mis canciones más vendidas siempre han sido baladas', ha apuntado.
El 'fin' de este trabajo es 'llevarlo al escenario', al directo. Por eso, ha explicado, los temas están grabados 'en analógico', algunos incluso en una toma. En definitiva, 'es menos artificial' que sus anteriores discos, y por eso lo considera 'más personal'.
Directos que comenzará a ofrecer a partir de enero del próximo año, el primero en Madrid, y que no descarta extender a América Latina (Argentina y México), adonde, si no ha ido más, es por su 'fobia a volar en avión'.
Su voluntad es ofrecer alrededor de '25 conciertos', que tendrá que repartir en dos giras, 'una íntima, en invierno, y otra, en verano'. Asegura que él se adapta bien a ambos formatos, pero añade: 'Los que venden la idea de tocar en los teatros como si fuera lo mejor, es porque en realidad no tienen otra opción: la cosa está muy mal'.
El artista sevillano ha hablado también sobre las desventajas de ser 'más terrenal' y cercano a la gente, algo que por otro lado le permite 'conectar rápido' con ella.
Un público que para Labandón representa su mayor 'reconocimiento', el que le ha llevado a alcanzar el disco de platino 'con cada uno de sus trabajos'.
'Nunca he esperado un premio. Ya lo recibí hace tiempo cuando cubrí mis espectativas: vender tantos discos y dedicarme a la música. Además, con la música que hago y mi perfil como artista, es prácticamente imposible que me den un premio en este país', ha dicho con la sinceridad propia de las personas sencillas.
Una realidad incómoda que El Arrebato no afronta apesadumbrado. porque se define 'patológicamente optimista'. Tanto es así que ni siquiera se sentiría 'desgraciado si 'Campamento Labandón' no se vendiera bien'.
Una sentencia arriesgada que puede permitirse porque se siente 'más seguro' que nunca, en un momento dulce en el que, sobre todo, le apetece 'disfrutar del terreno conquistado'.
Este séptimo disco llega bajo un nuevo sello, el de la Universal, una ocasión que el artista se tomó como una oportunidad, y no como una barrera a su independencia o un impedimento en la honestidad con su trabajo.
'Hasta ahora las compañías con las que he trabajado han respetado mis ideas, quizás porque tengo la fuerza (artística) suficiente como para imponer mi voluntad. El día que eso cambie porque bajen las ventas, será el momento de embarcarse en un proyecto propio'; algo de lo que está convencido, ha subrayado, ya que pensar que uno siempre estará en lo mas alto 'sería de ilusos'.
Orgulloso de sus raíces, 'Campamento Labandón' supone una declaración de intenciones, no es un nombre casual. Detrás de El Arrebato, está 'la persona, el autor', en definitiva, Javier Labandón, y con este título quiere 'reivindicarlo'.
Su 'mundo interior' y sus emociones son su campamento particular, ese al que el sevillano hace referencia en este trabajo discográfico, donde las 'vivencias' vuelven a ser la inspiración fundamental de la letra de sus canciones. 'No sé inventar historias', ha añadido.
Ha querido reivindicar también su 'lado romántico', eligiendo como single de lanzamiento una balada, 'Aquí me tienes', que asegura compuso por pura 'inspiración' y en apenas tiempo.
'La gente siempre me imagina cantando una rumbita simpática, pero mis canciones más vendidas siempre han sido baladas', ha apuntado.
El 'fin' de este trabajo es 'llevarlo al escenario', al directo. Por eso, ha explicado, los temas están grabados 'en analógico', algunos incluso en una toma. En definitiva, 'es menos artificial' que sus anteriores discos, y por eso lo considera 'más personal'.
Directos que comenzará a ofrecer a partir de enero del próximo año, el primero en Madrid, y que no descarta extender a América Latina (Argentina y México), adonde, si no ha ido más, es por su 'fobia a volar en avión'.
Su voluntad es ofrecer alrededor de '25 conciertos', que tendrá que repartir en dos giras, 'una íntima, en invierno, y otra, en verano'. Asegura que él se adapta bien a ambos formatos, pero añade: 'Los que venden la idea de tocar en los teatros como si fuera lo mejor, es porque en realidad no tienen otra opción: la cosa está muy mal'.
