La situación para el matrimonio Sheen es cada vez más complicada, después de la pelea en la que el actor intentó agredir a su mujer con una navaja. Los servicios sociales podrían llevarse a los hijos de la pareja, quienes todavía dudan sobre si deberían divorciarse o no.
Puede que Charlie Sheen y su mujer, Brooke Mueller, protagonizaran una violenta pelea con arma blanca incluída, pero eso no les parece motivo suficiente para divorciarse; al menos, de momento. Según aseguran fuentes de la revista People, la pareja 'hará un gran esfuerzo para evitar separarse' y para ello buscarán ayuda terapéutica.
Esta decisión ha sido tomada por el matrimonio pensando en sus hijos, por los que están dispuestos a darse una nueva oportunidad, pese a la gravedad de los hechos ocurridos. 'Por el bien de los niños quieren buscar ayuda de orientadores, antes de tomar ninguna decisión sobre el futuro'.
Aunque estos esfuerzos de la pareja podrían ser en vano, pues es posible que los servicios sociales de Los Ángeles les retiren temporalmente la custodia de los pequeños, gemelos de nueve meses.
Pero no sólo sus hijos estarían bajo custodia ajena. Dos asistentes sociales se mudarán a vivir con el matrimonio en cuanto éste regrese a Los Ángeles, junto con otra tercera persona que también brindará su apoyo y que podría ser: 'una abuela, madre o hermana, alguien sin antecedentes policiales'.
Además, tanto Charlie como Brooke se someterán a controles de droga de tres a cinco veces por semana y serán vigilados estrechamente para comprobar cómo está la situación. Si todo va bien, puede que el matrimonio consiga arreglar lo ocurrido, pues como asegura una fuente cercana: 'Charlie y Brooke todavía se quieren, pero son muy diferentes'.
Esta decisión ha sido tomada por el matrimonio pensando en sus hijos, por los que están dispuestos a darse una nueva oportunidad, pese a la gravedad de los hechos ocurridos. 'Por el bien de los niños quieren buscar ayuda de orientadores, antes de tomar ninguna decisión sobre el futuro'.
Aunque estos esfuerzos de la pareja podrían ser en vano, pues es posible que los servicios sociales de Los Ángeles les retiren temporalmente la custodia de los pequeños, gemelos de nueve meses.
Pero no sólo sus hijos estarían bajo custodia ajena. Dos asistentes sociales se mudarán a vivir con el matrimonio en cuanto éste regrese a Los Ángeles, junto con otra tercera persona que también brindará su apoyo y que podría ser: 'una abuela, madre o hermana, alguien sin antecedentes policiales'.
Además, tanto Charlie como Brooke se someterán a controles de droga de tres a cinco veces por semana y serán vigilados estrechamente para comprobar cómo está la situación. Si todo va bien, puede que el matrimonio consiga arreglar lo ocurrido, pues como asegura una fuente cercana: 'Charlie y Brooke todavía se quieren, pero son muy diferentes'.
