Nuevos retratos para la ocasión

Los duques de Luxemburgo celebran 30 años de casados

Foto: CHRISTIAN ASCHMAN
Para los Grandes Duques Enrique y María Teresa el Día de San Valentín tiene un significado muy especial por ser, a parte de la jornada del amor por excelencia, el aniversario de su boda. Así, para conmemorar la ocasión y mientras el Príncipe se recupera en el hospital de su última operación, el matrimonio ha decidido hacerse un regalo y publicar una nueva serie de retratos oficiales tomados por el fotógrafo Christian Aschman.
Según recoge la revista ¡Hola!, aunque la convalecencia del Duque en un centro hospitalario ha empañado ligeramente su aniversario, la buena noticia es que su estado de salud evoluciona favorablemente tras ser sometido a una operación quirúrgica, informa un comunicado emitido por el gabinete de prensa de la Corte del Gran Ducado.
'Su Alteza Real se ha sometido con todo éxito a una angioplastia coronaria en el Instituto Nacional de Cirugía Cardiaca y Cardiología Intervencionista. Fue operado por el equipo de cardiología del Hospital Central de Luxemburgo y su estado de salud no es preocupante por lo que muy pronto abandonará el hospital', destacaba la nota de prensa.
La historia de amor ente el hijo del Gran Duque Juan y la que hoy es su mujer comenzaba, como tantas otras, cuando ambos estaban en la universidad. La pareja se conoció mientras estudiaba en Ginebra la carrera de Ciencias Políticas y, en contra de la leyenda que siempre se ha contado, María Teresa sí que sabía que su prometido era de sangre azul. Y así, treinta años juntos, les ha llevado a convertirse en todo un ejemplo para sus conciudadanos entre los que parecen gozar de una gran simpatía.
Enrique y María Teresa Mestre, hija de un rico banquero cubano que huyó de la isla tras la revolución castrista, se casaron el 14 de febrero de 1981 y, desde aquel día, han disfrutado de lo que parece un matrimonio feliz y muy estable caracterizado por un gran sentido de la unidad familiar y cuyo fruto ha sido nada más y nada menos que cinco hijos: los Príncipes Guillermo, Félix, Luis y Sebastián y la princesa Alejandra.
A pesar de sus compromisos y su apretada agenda, el matrimonio siempre ha sido capaz de encontrar tiempo para disfrutar de sus hijos a quienes dicen haber educado más allá de todo privilegio ay poniendo especial énfasis en los valores que ellos consideran esenciales.
'Para mí, lo más valioso que puedo dar a mis hijos es la fe, la religión y los principios cristianos. Con eso pueden salir adelante en todo. Les hago ver que no se han merecido nada y que todo lo que tienen es un privilegio que no se merecen. Que sepan esto siempre y, también, que están al servicio de los demás y, en consecuencia, deben ser humildes. Finalmente, les inculco el amor, el dar. Insisto muchísimo en la necesidad que tienen de dar amor', explicaba María Teresa.

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