El ídolo juvenil Justin Bieber pasó por Madrid con doble motivo: ofrecer un concierto ante sus enfervorizadas fans y presentar su documental Never Say Never, que muestra los entresijos de su precoz estrellato aunque también sus carencias: Echo de menos quedar con mis amigos, reconoció.
El pequeño canadiense, que a los 14 años se convirtió en un fenómeno on line gracias a YouTube, ahora, con 17, viaja de gira mundial, acompañado de su madre y su manager, Scooter Braun, pero aún así reconoce que la fama tiene sus inconvenientes. Me gusta mucho lo que hago y viajar a sitios muy interesantes, pero a veces echo de menos quedar con mis amigos o estar en casa tranquilo, aseguró quien presume de ser un chico corriente que hace cosas corrientes, pero que ayer negó en Madrid el tradicional posado a los fotógrafos. Justin Bieber, con dos discos en el mercado (My World y My World 2.0), una biografía publicada y una legión de fans que se autodenominan beliebers (creyentes en inglés, pero cambiando la v de believers por la b de Bieber) retrató su peculiar fenómeno en un documental que amasó 60,4 millones de euros en todo el mundo. Por la noche, Bieber ofreció un concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid. Hoy será el turno en el Palau Sant Jordi de Barcelona y, para ello, sus fans ya hacían ayer cola.