El ex sacerdote católico Alberto Cutié contrajo matrimonio religioso con la guatemalteca Rhuama Canellis, tras el escándalo que estalló al descubrirse que tenía relaciones con ella sin haber colgado los hábitos.
La boda se celebró en el Monasterio Español de Miami, de arquitectura pre gótica y ubicado en North Miami Beach, custodiado por personal de seguridad privada y policías de la ciudad y con asistencia de unos cincuenta invitados que llegaron al lugar en limusina.
El arzobispo de la iglesia Episcopal de Miami, Leo Frade, ofició la ceremonia privada en el monasterio construido en España en el siglo XII y que en 1925 el magnate de la prensa estadounidense William Randolph Hearst lo compró, lo desmanteló y lo trajo, bloque a bloque, a Estados Unidos.
Bajo una persistente llovizna, más de treinta periodistas se apostaron en la entrada de la iglesia Episcopal San Bernard de Clairvaux, dueña del monasterio, y unas veinte personas, en su mayoría mujeres, acudieron al lugar para ver lo que algunos calificaron la boda del año de Miami.
La ceremonia se llevó a cabo tres días después de que una revista de farándula de Miami publicara una entrevista en la que un hombre dijo que Cutié supuestamente tuvo una relación homosexual con alguien identificado solo como Leonardo.
Las alegaciones fueron desmentidas por el ex sacerdote que abandonó la iglesia católica y entró en la episcopal, tras ser captado por un fotógrafo en una playa besando y acariciando a Canellis.
Cutié, de origen cubano y nacido en Puerto Rico, se casó por lo civil con su novia el pasado 16 de junio y ambos han afrontado graves acusaciones de personas que dicen conocerle o que han tenido algún tipo de relación.
Como es el caso del indonesio Maxi Paulus Ratunuman que presentó una demanda contra el religioso, de 40 años, y su esposa, de 35.
En la acción judicial, el hombre alegó que ambos se confabularon para que la policía lo detuviera en una cárcel de la ciudad y evitar que revelara datos de Canellis, con quien dice haber vivido tres años.
Cutié, en una carta divulgada esta semana, desmintió esas acusaciones y otras como que Canellis presuntamente consumía drogas y que, además, se las suministraba al ex sacerdote.
El reverendo, cuyo caso avivó el debate del celibato, saltó a la fama por sus programas de radio y televisión en EE.UU. y América Latina, y solía ser uno de los principales invitados a ceremonias en la ciudad. También fue considerado como uno de los hispanos más influyentes en Estados Unidos.
El arzobispo de la iglesia Episcopal de Miami, Leo Frade, ofició la ceremonia privada en el monasterio construido en España en el siglo XII y que en 1925 el magnate de la prensa estadounidense William Randolph Hearst lo compró, lo desmanteló y lo trajo, bloque a bloque, a Estados Unidos.
Bajo una persistente llovizna, más de treinta periodistas se apostaron en la entrada de la iglesia Episcopal San Bernard de Clairvaux, dueña del monasterio, y unas veinte personas, en su mayoría mujeres, acudieron al lugar para ver lo que algunos calificaron la boda del año de Miami.
La ceremonia se llevó a cabo tres días después de que una revista de farándula de Miami publicara una entrevista en la que un hombre dijo que Cutié supuestamente tuvo una relación homosexual con alguien identificado solo como Leonardo.
Las alegaciones fueron desmentidas por el ex sacerdote que abandonó la iglesia católica y entró en la episcopal, tras ser captado por un fotógrafo en una playa besando y acariciando a Canellis.
Cutié, de origen cubano y nacido en Puerto Rico, se casó por lo civil con su novia el pasado 16 de junio y ambos han afrontado graves acusaciones de personas que dicen conocerle o que han tenido algún tipo de relación.
Como es el caso del indonesio Maxi Paulus Ratunuman que presentó una demanda contra el religioso, de 40 años, y su esposa, de 35.
En la acción judicial, el hombre alegó que ambos se confabularon para que la policía lo detuviera en una cárcel de la ciudad y evitar que revelara datos de Canellis, con quien dice haber vivido tres años.
Cutié, en una carta divulgada esta semana, desmintió esas acusaciones y otras como que Canellis presuntamente consumía drogas y que, además, se las suministraba al ex sacerdote.
El reverendo, cuyo caso avivó el debate del celibato, saltó a la fama por sus programas de radio y televisión en EE.UU. y América Latina, y solía ser uno de los principales invitados a ceremonias en la ciudad. También fue considerado como uno de los hispanos más influyentes en Estados Unidos.
