Malikian: "No basta con dar de comer a refugiados, hay que darles un futuro"

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photo_camera El violinista español de origen armenio-libanés Ara Malikian, con niños sirios en un campo de desplazados en Zahle. (EFE)

El violinista español de origen armenio-libanés Ara Malikian ha llevado su música a los campos de refugiados sirios en el Líbano

El violinista español de origen armenio-libanés Ara Malikian ha llevado su música a los campos de refugiados sirios en el Líbano, donde ha podido constatar que "no basta con darles comida y bebida, hay que darles un futuro".

En una entrevista a Efe en un hotel de Beirut, Malikian reconoce que se encuentra "impactado" por las condiciones en las que viven los refugiados en el país árabe.

Durante esta semana, el artista ha visitado los asentamientos de desplazados de Kamed el Laouzz, Tanayel y Gaze, próximos a la localidad de Zahle, en el centro del Líbano, para grabar un vídeo en colaboración con la ONG Acción Contra el Hambre (ACH) para concienciar sobre la situación de los sirios.

"En España se sabe muy poco de los refugiados que hay en el Líbano, se sabe un poco más sobre los que están a las puertas de Europa, pero se desconoce completamente la situación de los que están aquí, que son más de un millón", explica.

"Emocionante", "dura", "enriquecedora" son los adjetivos que Malikian emplea para describir esta experiencia en el territorio libanés, que abandonó hace 32 años huyendo de la guerra y para cursar estudios de música en Alemania, gracias a una beca.

Cuenta que durante los últimos días, cuando llegaba a los campos de desplazados con el equipo de ACH, la primera reacción entre los refugiados era un poco de rechazo e incluso de miedo.

"Veníamos con cámaras, coches, con todo un equipo y les daba un poco de ansiedad, pero poco a poco se rompía el hielo y se daban cuenta de que estábamos con ellos, eso fue difícil", relata.

Sin embargo, en cuanto Malikian sacaba su violín "todo empezaba a suavizarse": "Es más fácil la interacción, sobre todo, con los niños, es más sencillo acceder a ellos, los niños vienen a jugar contigo, sonríen y bailan con tu música".

Este virtuoso del violín confiesa que le ha impresionado el hecho de que los menores siempre estuvieran muy sonrientes.

"No he visto a ninguno llorar y eso es maravilloso -afirma-, pero lo que necesitan es que los gobiernos, y todo el mundo, encuentren una solución para que estos refugiados tengan un futuro y puedan vivir, de un modo legal y puedan trabajar y recibir una educación".

En ese sentido, lamenta que todas las soluciones para la actual crisis de refugiados sean a corto plazo y no se haya encontrado ninguna a largo plazo. "¿Qué va a ser de esta gente que son millones?", se pregunta.

Él en su día también fue un refugiado que escapó de la guerra en el Líbano (1975-1990), cuando viajó con 15 años a Alemania para estudiar música, pero rechaza comparar su experiencia con la de los desplazados que ha conocido estos días.

"No tiene nada que ver con la que están viviendo estos refugiados. Yo tuve mucha suerte porque pude estudiar y legalizar mis papeles, parece una tontería pero esto me ayudó a tener un vida y a sobrevivir", declara Malikian.

El artista se muestra crítico con la postura de los gobiernos europeos y de Occidente, que tacha de "inaceptable".

"No están haciendo lo correcto, cuando ves a personas que han huido de su país y que no les estamos dando ayuda ni recibiendo, sin duda no lo estamos haciendo bien. Hace 70 años Europa estaba igual que los sirios ahora, y debería haber aprendido algo", reflexiona.

El documental grabado en el Líbano será presentado en España el próximo 20 de junio, con motivo del Día Mundial del Refugiado.

Y Malikian continuará con su gira "15", en referencia a los 15 años que lleva viviendo en España, y que culminará en septiembre con cinco conciertos en Santander, Zaragoza, Valencia Málaga y Madrid, de los que parte de los beneficios serán destinados a proyectos de ACH en el Líbano.

"Esto será el fin de gira para empezar otra cosa, y comenzar con otro disco", adelanta Malikian, quien se siente en continua evolución, "aprendiendo y creciendo", en cada uno de sus conciertos.

Y es que "en cada proyecto trato de añadir cosas nuevas y colaborar con músicos que me aporten algo", detalla, porque "en el arte no existe techo, siempre hay que intentar crecer".

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