Jaime Martínez Bordiu niega haber agredido a su pareja

El nieto de Franco, en el juzgado por pegar a su novia

Jaime Martínez Bordiu, a  su llegada al juzgado. (Foto: Toni Albir)
Jaime Martínez Bordiu negó haber pegado a su novia en un hotel de lujo de Mijas (Málaga) en 2007 pero reconoció haber discutido con ella, motivo por el cual dijo que se fue a cenar solo en el momento en el que supuestamente agredió a su pareja. También negó haber amenazado con matarla si llamaba a la Guardia Civil.
El nieto de Francisco Franco llegó a mediodía, rodeado de decenas de cámaras, al Juzgado Penal número 20 de Barcelona, donde fue juzgado como presunto autor de un delito de amenazas, uno de coacciones y otro de amenazas condicionales, por lo que la fiscal solicita que se le condene a una pena de cuatro años y nueve meses de prisión.

El acusado explicó --en algún momento, incluso llorando-- que, el 20 de agosto, discutió con su entonces pareja, Ruth Martínez, porque ésta había dicho a su madre, a su hermana y a su ex mujer que tomaba drogas, 'levantando ampollas'. La joven dijo que les había llamado después de que el marido de la ex esposa de Martínez Bordiu le dijera que estaban preocupados por su salud.

Al día siguiente seguían enfadados y, como ella estaba enferma, él se fue solo a la piscina. Cuando regresó al anochecer, volvieron a discutirse y la joven le dijo que quería volver a Barcelona. Según Martínez Bordiu, le pidió que no se marchara, que ya se iba él, y, para que se tranquilizara, se fue a cenar.

Sin embargo, ella aseguró que la agarró por los brazos y la lanzó contra el sillón mientras le decía que no se iría, lo mismo que le dijo cuando tiró al suelo la maleta que la joven estaba haciendo. Cuando estaba en el suelo recogiendo sus cosas --prosiguió la víctima--, el acusado dio una patada a una silla donde había un ordenador portátil, y ambos objetos impactaron contra ella.

La mujer, que ha rechazado ser indemnizada y que también llegó rodeada de una nube de 'flashes', dijo que decidió marcharse porque no quería 'aguantar ningún otro insulto ni nada parecido', pero aseguró que el acusado 'es una buena persona, pero cuando se pone así parece otro'.

Después, el presunto agresor le pidió perdón y se marchó, momento que la joven, según dijo ésta, aprovechó para bajar a la recepción y pedir un taxi. El conserje, siguiendo órdenes del procesado, avisó a Martínez Bordiu y éste regresó al hotel tras intentar en vano hablar por teléfono con ella.

La pareja siguió discutiendo en la recepción del hotel, como confirmaron dos testigos, y se separaron momentos antes de que llegara una patrulla de la Guardia Civil. Uno de los agentes explicó que se acercó a la joven y que ésta, muy alterada, le aseguró que Martínez Bordiu 'le había dicho que si llamaba a la Guardia Civil la mataría'.

Te puede interesar