El Reino Unido continúa paralizado por el proceso de divorcio que están protagonizando Paul McCartney y Heather Mills, un juicio que no finalizará hasta mañana viernes, aunque según publica la prensa inglesa, no llegará a buen puerto tampoco esta vez. Pero en este caso no se trata de la pensión o de la custodia de la hija de ambos, Beatrice, sino que su falta de entendimiento se debe a una cláusula de confidencialidad impuesta por el cantante que impide que Mills cuente los pormenores del proceso, algo que ella no está dispuesta a aceptar.
Los abogados del ex beatle le han puesto en sobreaviso para que impida que la modelo aparezca en televisión, sobre todo después de la entrevista que ésta concedió a una cadena británica en la explicaba como había transcurrido su matrimonio y otros detalles de la vida privada de ambos. Así, el intérprete de 'Yesterday' ha incluido en el contrato de divorcio, según explica el 'Daily Mirror' en una información recogida por Otr/press, una cláusula que impide que Mills acuda a algún plató contando lo sucedido en sus reuniones y en el juicio que se está celebrando esta semana.
Esta imposición del cantante no ha sentado nada bien a su ex mujer quien, según la publicación, se ha negado a firmar el contrato y asegura que no lo hará hasta que esta cláusula desaparezca porque quiere tener el derecho, 'a defenderse de lo que de ella dice la gente', explica una fuente al tabloide, que recuerda que en la prensa se le ha tachado de 'mala esposa' y ha recibido insultos que la comparaban con una 'momia'.
EL JUEZ DECIDIRÁ
Según explica esta fuente, 'ninguna de las dos partes quiere ceder en ese punto, así que, si no hay cambios, tendrá que ser el juez quien decida'. Si ocurriera esto, el magistrado encargado de este caso podría imponer una cláusula de confidencialidad, basado en los intereses de la hija de la pareja, de tan sólo cuatro años, alegando que podría sufrir daños psicológicos al ver a uno de sus progenitores hablando mal del otro en televisión.
Estas informaciones sobre el poco entendimiento entre McCartney y Mills, contrastan con las que ayer se publicaban en los tabloides del Reino Unido, tras la segunda jornada de juicio, y en las que se hablaba que la pareja llevaba de forma adulta todo este proceso.
Esta imposición del cantante no ha sentado nada bien a su ex mujer quien, según la publicación, se ha negado a firmar el contrato y asegura que no lo hará hasta que esta cláusula desaparezca porque quiere tener el derecho, 'a defenderse de lo que de ella dice la gente', explica una fuente al tabloide, que recuerda que en la prensa se le ha tachado de 'mala esposa' y ha recibido insultos que la comparaban con una 'momia'.
EL JUEZ DECIDIRÁ
Según explica esta fuente, 'ninguna de las dos partes quiere ceder en ese punto, así que, si no hay cambios, tendrá que ser el juez quien decida'. Si ocurriera esto, el magistrado encargado de este caso podría imponer una cláusula de confidencialidad, basado en los intereses de la hija de la pareja, de tan sólo cuatro años, alegando que podría sufrir daños psicológicos al ver a uno de sus progenitores hablando mal del otro en televisión.
Estas informaciones sobre el poco entendimiento entre McCartney y Mills, contrastan con las que ayer se publicaban en los tabloides del Reino Unido, tras la segunda jornada de juicio, y en las que se hablaba que la pareja llevaba de forma adulta todo este proceso.
