Un hombre de negocios, al que le asaltó una necesidad imperiosa de entrar en el lavabo del avión cuando volvía a EEUU desde Panamá, afronta un juicio por agresión, acusado de retorcer un brazo a una azafata que no le dejó usar el baño, informan medios locales.
Joao Correa, un empresario de Concord (Ohio), viajaba a bordo de un avión de Delta Air Lines, el 28 de marzo pasado, y treinta minutos después de despegar se dirigió con urgencia al lavabo.
Según el diario Atlanta Journal-Constitution, un carrito de bebidas bloqueaba el acceso al baño por lo que el empresario pidió a una azafata permiso para utilizar el servicio de primera clase y la respuesta fue un no.
La política de la Administración Federal de Aviación indica a los pasajeros de los vuelos internacionales que tienen que utilizar los aseos ubicados en la clase que compraron el billete.
En una entrevista telefónica con el diario Correa afirmó que no tenía otra opción, pero que la azafata se mantuvo en sus trece y estiró el brazo en el pasillo para bloquearle el acceso a primera clase.
A partir de aquí la versión de la historia difiere.
Según contó la azafata a los investigadores del FBI, ante la insistencia de Correa de que necesitaba usar el baño, le pidió amablemente que volviera a su sitio a lo que el empresario respondió agarrando el brazo de la azafata y retorciéndolo.
Sin embargo, Correa dice que se agarró al brazo de la azafata para no perder el equilibrio.
Sea como fuere, el hombre, de 43 años, fue detenido cuando el avión aterrizó en Atlanta acusado de agresión.
Correa pasó dos noches en prisión, antes de volver a su casa en Concord (Ohio), pendiente de que las autoridades fijaran la fecha de la audiencia, que se celebrará el próximo 17 de abril.
Una portavoz de Delta Air Lines, Susan Elliot, señaló que la tripulación hace todo lo que puede para asegurar la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
Elliot hizo hincapié en la normativa que recoge que éstos tienen que utilizar el aseo correspondiente a la clase de su billete, aunque tal vez en esta ocasión se podría haber hecho una excepción por la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
Según el diario Atlanta Journal-Constitution, un carrito de bebidas bloqueaba el acceso al baño por lo que el empresario pidió a una azafata permiso para utilizar el servicio de primera clase y la respuesta fue un no.
La política de la Administración Federal de Aviación indica a los pasajeros de los vuelos internacionales que tienen que utilizar los aseos ubicados en la clase que compraron el billete.
En una entrevista telefónica con el diario Correa afirmó que no tenía otra opción, pero que la azafata se mantuvo en sus trece y estiró el brazo en el pasillo para bloquearle el acceso a primera clase.
A partir de aquí la versión de la historia difiere.
Según contó la azafata a los investigadores del FBI, ante la insistencia de Correa de que necesitaba usar el baño, le pidió amablemente que volviera a su sitio a lo que el empresario respondió agarrando el brazo de la azafata y retorciéndolo.
Sin embargo, Correa dice que se agarró al brazo de la azafata para no perder el equilibrio.
Sea como fuere, el hombre, de 43 años, fue detenido cuando el avión aterrizó en Atlanta acusado de agresión.
Correa pasó dos noches en prisión, antes de volver a su casa en Concord (Ohio), pendiente de que las autoridades fijaran la fecha de la audiencia, que se celebrará el próximo 17 de abril.
Una portavoz de Delta Air Lines, Susan Elliot, señaló que la tripulación hace todo lo que puede para asegurar la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
Elliot hizo hincapié en la normativa que recoge que éstos tienen que utilizar el aseo correspondiente a la clase de su billete, aunque tal vez en esta ocasión se podría haber hecho una excepción por la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
