Un testigo duda que la ebriedad del chofer fuera decisiva en la muerte de Diana de Gales

Diana de Gales al salir del restaurante en el que cenó por última vez.
La cantidad de alcohol consumida por el conductor del automóvil en el que murió la princesa Diana de Gales no fue necesariamente un factor decisivo, asegura John Searle, quien testificó en una investigación británica sobre la muerte de Diana y Dodi Al Fayed el 31 de agosto de 1997 en el túnel Pont d'Alma de París.
Searle, quien fue contratado por el Hotel Ritz, testificó que la cantidad presuntamente consumida por Paul habría aumentado 10 veces sus probabilidades de tener un accidente. Eso significó, que el riesgo de que Paul tuviera un accidente mientras manejaba por 2,5 millas era igual que el de un conductor sobrio que viajara 25 millas.

'Hay un riesgo, pero es un riesgo pequeño. Sigue siendo todavía una probabilidad de una en muchas miles de tener un accidente', agregó Searle el lunes. 'La tasa de accidentes aumenta... en una cantidad muy importante, pero eso no significa necesariamente que tenga un peso definitivo en lo que pasó y por qué', según Searle.

Por su parte, las policías francesa y británica han concluido que Henri Paul, director suplente de seguridad del Hotel Ritz de París, manejaba con un nivel de alcohol en la sangre muy por encima del límite legal.

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