Ara Malikian le planta cara al covid-19

Con “Petit Garage”, Ara Malikian da cuenta de que se puede hacer música a pesar de la pandemia, por ser su disco una muestra en formato reducido de lo que iba a ser una gira grandilocuente y terminó siendo una única posibilidad producto de la adaptación al covid-19. “La música no es la única protagonista sino las personas, los sentimientos, las ganas de seguir adelante que nos unen a todos ahora mismo”, asume el eximio violinista. Si hay un músico que conoce la adversidad es Ara Malikian. Nacido en el seno de una familia armenia aprendió a tocar el violín con su propio padre por profesor en los refugios antiaéreos en los que pasaba días enteros en el contexto de la guerra civil libanesa. Acaso por ello está respondiendo con arte a esta pandemia. Y el resultado estará a la vista en los shows que tiene planeados para A Coruña en la reprogramación de su gira, los días 11, 12 y 13 de junio en el Palacio de la Ópera. “En este año 2020 la tormenta que desató la pandemia mundial nos obligó a detener una gira por más de 60 países, parando la cultura y el arte en seco. Multitud de personas, amigos, compañeros y familiares se vieron obligados a despedirse tempranamente de algún ser querido, otros se quedaron sin trabajos. Hubo momentos en los que pensar en seguir adelante parecía imposible. ¿De dónde podíamos sacar fuerza?”, inquiere el artista. “Miedo e incertidumbre se empeñaban en mantenernos quietos, en sofocar nuestras ganas de hacer lo que las personas más deseamos: vivir –agrega-. Tuvimos que sobreponernos, mirar hacia adelante y crear un nuevo formato de concierto responsable y adaptado. Nuestro ‘Royal Garage’ pasó a convertirse en ‘Petit Garage’. Un espectáculo de dimensiones más reducidas, en recintos más pequeños en el que el único protagonista no es la música, sino las personas”. El músico que con solo 12 años recibió una beca del Gobierno alemán para cursar estudios en la Hochschule für Musik und Theater Hannover y con 15 fue el alumno más joven admitido en este prestigioso centro, para ampliar después su formación en la Guildhall School of Music and Drama de Londres, sintió en plena pandemia la “necesidad de seguir llevando la cultura a la gente, dar algo de esperanza y felicidad en tan duros momentos”.