Un ejercicio de orfebrería visual con un amplísimo y variado reparto y un prodigio de imaginación y creación escénica
Asteroid City, la nueva película de Wes Anderson se estrenó el pasado 16 de junio en España. Es una comedia romántica ambientada en los años 50, llena de personajes excéntricos, diálogos ingeniosos y una estética impecable.
La película nos cuenta la historia de un grupo de colegiales y padres que se reúnen en una ciudad ficticia del desierto estadounidense llamada Asteroid City, para participar en un concurso escolar dedicado a la observación de fenómenos astronómicos. Sin embargo, la convención se verá interrumpida por eventos que cambiarán el mundo y las vidas de los protagonistas.
El reparto es impresionante, con actores como Tilda Swinton, Adrien Brody, Tom Hanks, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Rupert Friend, Steve Carell y muchos más. Todos ellos interpretan a personajes únicos y memorables, con sus propias personalidades, conflictos y relaciones. La química entre ellos es palpable y las situaciones que viven son hilarantes y emotivas.
La dirección de Anderson es luminosa con una atención al detalle que roza la obsesión. Cada plano es una obra de arte, con una composición simétrica, una paleta de colores vibrante y una iluminación cuidada. Precisamente este exceso es la cara y la cruz del cine de Anderson. Lo que apasiona a unos por su frenesí visual y absurdo y provoca el rechazo en otros que no van más que oquedad. A ambas partes no les falta razón. Ya que este ejercicio de orfebrería cinematográfica es tan excesivo que hace que echemos de menos el el barniz humano de la emoción. Por otra parte, es un prodigio de imaginación y creación escénica y logra ese objetivo esencial del cine: la suspensión de la verosimilitud.
La película es un homenaje al cine clásico de Hollywood. También es una reflexión sobre el amor, la amistad, la familia y la aventura. Es una película que te hace reír, llorar y soñar.
