Brancellao, el vino tinto gallego primigenio

Si viajamos a los tiempos en los que las grandes plagas todavía no habían esquilmado los viñedos autóctonos de Galicia, antes de que el mildiu, el oidium y sobre todo, la filoxera arrasasen prácticamente casi todas las regiones vitivinícolas de nuestro país, nos encontraríamos con un panorama muy diferente al actual. A medidados del siglo XIX, época en la que el ilustre químico monfortino Antonio Casares hizo el primer inventario de la riqueza vitivinícola gallega mucho antes de dedicarse a analizar las aguas minerales de todo el país, el vino blanco apenas llegaba al mercado. Era el tinto el que dominaba. El blanco era un capricho de autoconsumo y tenía su explicación. El tinto resultaba mucho más estable para poder exportarlo. La Mencía era una variedad inexistente en Galicia, al igual que la Alicante o Garnacha y la Palomino. Esas tres llegarían en el siglo XX. Cada región tenía sus propias variedades autóctonas, aquellas que mejor se adaptaban al suelo, la humedad y el clima. Pero había una que estaba presente prácticamente en toda Galicia. Se trataba de la Brancellao, que también era conocida como Albarello, al igual que en la actualidad. “No es muy esquilmeño pero sí de larga vida. Y su fruto bien sazonado produce un vino fuerte y de aguante. Tarda bastante en madurar, por cuya razón no conviene sino para los sitios cálidos”. Con esta definición describía Casares la cepa de Albarello, que decía que se extendía desde el Ribeiro a Valdeorras, pasando por Amandi, Lemos, Monterrei y Quiroga. Solo la excluye del Condado, Rosal, Soutomaior, Ulla y Salnés, las regiones de Rías Baixas, entonces mucho más lluviosas y húmedas que ahora.

Aquella abundancia se ha trastocado en excepción. Son muy pocos los vinos elaborados exclusivamente con Brancellao y los que existen tienen cortas tiradas. La encontramos ensamblando tintos con otras variedades como la Sousón, Caíño y Brancellao, prácticamente en todas las denominaciones del interior y en tierras del Rosal y Condado. Aquí hemos seleccionado ocho vinos, la mayoría monovarietales. Todos muy interesanes.

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