Buen año para comer centolla, al menos por ahora

La centolla se estrenó en esta temporada el pasado 7 de noviembre y en estos primeros diez días de campaña los resultados han sido muy positivos, especialmente para el consumidor. Buenas capturas en número y calidad y unos precios más que razonables. Al menos en origen. El precio medio de la centolla en las lonjas de Bueu, Cangas, O Grove y Cambados, por poner cuatro que son grandes referencias en la captura y venta de este crustáceo, anda en torno a los diez euros, con picos, por arriba que no llegan a los 20 y por debajo en torno a los 6-7 euros, según los datos de la semana que ahora termina.

Los precios de lonja, naturalmente, no tienen nada que ver con los que luego encontraremos en la plaza y en las pescaderías habituales. Pero sirve de indicador. Este año están más moderados que en 2021 a pesar de los costes que tienen que soportar las embarcaciones con el alto precio de los combustibles. En plaza y pescaderías podemos encontrar centolla a partir de 12 euros, incluso menos, pero jugándosela o en torno a los 20 si se trata de piezas garantizadas.

Los mariscadores del gremio consideran que la apertura de la campaña debería retrasarse hasta finales de noviembre, con el doble argumento de que el precio sería más alto (se incrementa proporcionalmente a medida que nos acercamos a la época de Navidad) y que los ejemplares estarían más llenos.

Tras la veda que nos obligó a disponer únicamente de centolla francesa, los primeros ejemplares de la autóctona nos permiten recuperar uno de los sabores marinos más intensos. A partir de diciembre, con las aguas más frías y más revueltas, van “llenándose” más, tendencia que seguirá incluso en los meses de enero y febrero. De momento, es buen tiempo para cocer, comer e incluso congelar ya cocidas si queremos guardarlas para las fiestas de Navidad, bien envueltas en paños húmedos y papel, para que no se sequen durante el proceso de conservación.

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