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Colheita de 1969, el vino del pequeño paso

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Hay un gran número de personas que disfrutan celebrando sus efemérides personales con el vino de esa añada que pretenden conmemorar

Hay un gran número de personas que disfrutan celebrando sus efemérides personales con el vino de esa añada que pretenden conmemorar: el aniversario de una boda, la fecha de un acontecimiento singular... Recuerdo allá por la década de 1990 una cena en homenaje a Mario Conde, entonces presidente de Banesto, que organizó el Conde de Creixell en su bodega gallega, Pazo de Barrantes. Para reforzar ese sentido de homenaje, sirvió un vino gran reserva de su bodega riojana, Marqués de Murrieta de la cosecha de 1948, el año en el que había nacido en Tui Mario Conde. Habían pasado casi cincuenta años y el vino estaba magnífico.

Hoy traemos a colación un vino con cincuenta años, para los amantes de la gastronomía y de la astronomía que quieran celebrar las cinco décadas de la llegada del hombre a la Luna.

Cuando Neil Armstrong dio su pequeño paso que fue un gran salto para la humanidad, los racimos de sus siete variedades de uvas tintas estaban madurando en la Quinta de Vista Alegre, en Cima Corgo, en unas cepas que ya entonces eran octogenarias. Dado que no podremos encontrar a la venta un vino gallego de esa edad, elegí uno de Porto, cultivado en un paisaje que recordaría a la Ribeira Sacra por los angostos y empinados valles del Douro, si no fuese por el clima más seco que le confiere una aridez a la estampa que no por ello le sustrae belleza. Vista Alegre está elaborado con siete variedades, como decía antes: Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Roriz (nuestra Tempranillo), Tinta Amarela, Sousão, Tinta Barroca y Tinto Cão. El trabajo de vinificación de tantas variedades le confiere una dificultad adicional al enólogo y al equipo de bodega pero se ve recompensado por una mayor paleta gustativa y un sabor más complejo. 

El vino de Oporto no fermenta hasta el final del proceso, sino que es interrumpido con la adición de aguardiente, es un vino fortificado. Luego permaneció 49 años en barricas de roble francés de 550 litros, lo que le fue modificando sus características originales como el color, tendiendo al ámbar por la oxidación y aportando aromas y sabores dulces, de frutos secos algo tostados y una gran elegancia y equilibrio.

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