Combinando entrenamiento de fuerza y resistencia (IV)

Para explicar cómo maximizar tanto el entrenamiento de fuerza como el de resistencia, a parte de lo explicado ya en alos anteriores artículos,  es necesario  entender algo más acerca de la actividad enzimática (AMPK1 y mTORC12) en relación con estas dos capacidades.

Es importante saber que, con respecto a la enzima AMPK, esta se activa durante el ejercicio (resistencia), pero se desactiva en el momento en el que cesa la actividad, cuando los niveles de glucógeno en el músculo, así como su estado metabólico, regresan a su estado normal.

En relación con el entrenamiento de fuerza, como ya sabemos, la protagonista aquí es la enzima mTORC1. La máxima activación de dicha enzima ocurre entre 30 minutos y seis horas después del ejercicio, pero se puede mantener el 100% de su actividad durante 24 horas. Por tanto, lo interesante es mantener esta actividad el máximo tiempo posible.

Además de esto, en relación con los efectos de combinar el entrenamiento de fuerza y resistencia, hay que tener en cuenta determinadas variables como son: nivel inicial de entrenamiento, intensidad, volumen y frecuencia del entrenamiento y de cómo se integran y combinan estos dos tipos de entrenamiento dentro de la programación del deportista.


Dicho esto, para abordar este tema, vamos a diferenciar tres tipos de población: por un lado, deportistas orientados al entrenamiento de fuerza principalmente, por otro lado, individuos que practican deportes de resistencia, y por último, a individuos que, ya sea de forma recreacional (fitness) o a nivel de rendimiento, se dedican a mejorar ambas capacidades. Esto lo veremos en la próxima publicación.


En relación con la mejora de la fuerza en este tipo de población (principiantes), el entrenamiento de la fuerza parece no verse afectado cuando el entrenamiento de ambas capacidades no supera las cinco sesiones semanales. Además, sobretodo en individuos poco entrenados, puede aprovecharse ciertos entrenamientos intensos de resistencia para producir mejoras en la capacidad de la fuerza, realizando circuitos donde se ejecutan ejercicios de elevada intensidad y se hacen periodos de recuperación incompleta. De esta manera, se consiguen grandes adaptaciones a nivel cardiovascular sin producir un efecto a nivel muscular que podría interferir con la mejora de la fuerza.

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