Cómo preparar el jardín para la llegada de la primavera

Estas son las tareas a realizar antes de la llegada de primavera para potenciar el rendimiento de nuestro jardín

El frío invierno se aleja cada vez más y aunque las temperaturas vuelvan a descender estos días, muchas especies vegetales ya han alcanzado su fase fenológica asociada a la primavera. Las temperaturas cálidas vividas a mediados de febrero junto con unos días especialmente soleados, han acelerado los procesos de las plantas, que ya han dejado atrás su fase de dormancia vegetativa. Estas condiciones hacen que muchos cultivos peligren, pues una helada tardía pueden tirar por tierra el trabajo de varios meses, sin embargo, los huertos ahora piden una preparación para poder estar a pleno rendimiento durante la próxima cosecha.

Para manejar nuestro huerto de forma organizada y eficiente esta primavera deberemos llevar a cabo las tareas que nos atañen, preparando así el terreno para ofertar a nuestras plantas un hogar adecuado. Hasta mediados de marzo no comienza la primavera, pero con las condiciones meteorológicas que atraviesa la provincia de Ourense, hay muchos trabajos que se pueden llevar a cabo por el momento.

Para optimizar las cosechas de este año, es importante tener un calendario de cultivos que tenga en cuenta los períodos de desarrollo de las distintas especies vegetales, sus necesidades nutricionales y sus relaciones. Los nativos americanos fueron los primeros en crear este sistema, cultivaban frijoles, maíz y calabazas; las calabazas ayudaban a retener humedad y alejaban las malas hierbas, los frijoles aportaban nitrógeno atmosférico al suelo -como todas las leguminosas- y el maíz aportaba un tutor por el que trepar a los frijoles. Lo ideal sería buscar un sistema similar para poder optimizar nuestro cultivo, tratando de evitar las competencias entre cultivos.

Antes de sembrar el terreno, debemos darle al sustrato las características que requiere la semilla, para ello, es necesario labrar el suelo, aumentando el drenaje del mismo. Al remover la tierra se aumenta la porosidad del mismo, facilitando la infiltración del agua y facilitando el desatollo radicular de las semillas. Para mejorar el desarrollo temprano de las semillas aportaremos un abonado rico en materia orgánica.

Para mejorar las características físicas del suelo -teniendo en cuenta que trabajaremos en una superficie pequeña- utilizaremos un arado para remover el terreno, de esta forma, eliminaremos la compactación del mismo, dejando el suelo aireado y oxigenado. Una vez arado el terreno, procederemos a abonar el suelo, esto se debe hacer aproximadamente 25 días antes de la siembra, haciendo así que los nutrientes estén disponibles en el suelo y sean asimilables por las plantas. El abono más recomendable es un NPK 15-15-15, que aportará una gama de nutrientes amplia y asimilable, además son nutrientes necesarios para cualquier especie vegetal.

La preparación del terreno y el abonado no solo hará un terreno idóneo para nuestras plantas, cualquier adventicia o mala hierba querrá asentarse en él. Para evitar la aparición de malas hierbas se pueden utilizar mallas especiales, que reducen la luz recibida, evitando así que proliferen las adventicias. Si las malas hierbas ya han tomado nuestro huerto tenemos tres opciones, eliminarlas de forma manual, utilizar un rastrillo para deshacernos de ellas o utilizar herbicidas. Para reducir la aparición de estas malas hierbas hay plantas que reducen su aparición, como las calabazas que utilizaban los nativos americanos, sus anchas hojas reducen la luz que alcanza la tierra, haciendo la función de una malla. Cualquier especie tapizante logrará este efecto. Otra alternativa es la aplicación de mulching o acolchado, la corteza de pino, por ejemplo, es utilizada, con esta finalidad, además de ayudar a retener la humedad del terreno.

Yaiza Sanchís: "Tengo una planta que hace mucho que no crece, sus raíces están marrones. ¿Está enferma?"

Gracias por su consulta. El color natural de la mayoría de las raíces es entre blanco y una tonalidad clara de marrón. Por lo que se puede apreciar en la fotografía que adjuntas, es cierto que esta planta ha sido sometida a un exceso de riego, un problema muy común en algunas especies. Habitualmente, se tiende a abusar del riego, un error bastante grave, ya que, una planta puede sobrevivir a un período bastante prolongado de sequía, mientras que un exceso de riego puede matarla. Cuando las plantas son sometidas a un exceso de riego sus raíces se tornan primero de un color verde, luego marrón oscuro y terminan volviéndose negras. Para evitar que esto ocurra, se debe dejar de regar la planta, permitiendo que el sustrato se seque, una vez que se seque, aportaremos pequeñas dosis de agua, repitiendo el proceso hasta que la planta vuelva a recuperar un ritmo de crecimiento adecuado. Si esto no ocurre, la planta no tiene solución.

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