Las orquídeas son unas plantas preciosas y por ello son muy habituales en cualquier vivienda. Todo el mundo quiere una orquídea en su casa o la reciben como regalo por algún evento especial, como puede ser el día de la madre. Sin embargo, y a pesar de su encandiladora belleza, una vez que su floración se acaba, no dejan de ser un par de hojas grandes en la base y unas varas vacías. Para evitar que esto ocurra, hay una serie de trucos para poder alargar la floración el mayor tiempo posible.
Existe una gran variedad de orquídeas, siendo una agrupación bastante extensa con muchos géneros diferentes. El más habitual es el género Phalaenopsis, pero los amantes de estas plantas cada vez buscan más variedades para disponer de una amplia gama de estilos diferentes. Otro de los géneros más habituales es el Dendrobium, que, a pesar de tener las flores más pequeñas, cada vara genera un mayor número. La mayoría de trucos son específicos para las Phalaenopsis, sin embargo, algunos pueden ser aplicados a más variedades manteniendo los resultados esperados.
Estas especies tienen unos cuidados bastante complejos, pues su hábitat natural dista mucho de las condiciones que se pueden ofrecer en una vivienda normal. La mayoría de las orquídeas provienen de climas tropicales y suelen crecer en el tronco de otros árboles de mayor tamaño. De esta forma, logran captar más luz que si creciesen a ras de suelo. Con el tiempo, desarrollaron la capacidad de realizar la fotosíntesis a través de sus raíces, por eso son tan gruesas y tienen una tonalidad verdosa. Esta condición hace que sean muy susceptibles a los encharcamientos, por lo que se debe tener cuidado con los riegos y lo ideal es utilizar un sustrato y una maceta que les permita recibir luz.
El punto más llamativo de esta especie son las flores, por esta razón, algunos jardineros las desechan cuando las han perdido. Esto no es aconsejable, pues a pesar de haber perdido la flor, pueden volver a florecer si reciben los cuidados adecuados. Un truco para acelerar una segunda floración en las orquídeas es cortar las varas. Con unas tijeras o un cuchillo afilado deberemos cortar el tallo por debajo de un nudo -las zonas engrosadas del tallo- así podremos ayudar a nuestra orquídea a que se centre en crecer. Para ello, deberemos seguir aplicando fertilizantes, para que disponga de los nutrientes necesarios. En general este proceso requiere de paciencia, pues a pesar de que con este método el proceso se acelera, sigue tardando bastante en florecer nuevamente.
Qué hacer si una orquídea está dañada
Si una orquídea deja de tener un aspecto sano y comienza a marchitarse no hay que rendirse, solo hay que analizar la situación para localizar el problema. Deberemos comprobar que la ubicación elegida le es adecuada, las orquídeas necesitan luz indirecta y una temperatura constante entre 18 y 25 grados, además requiere una buena circulación de aire.
Como hemos comentado, las orquídeas son muy susceptibles al encharcamiento, por lo que deberemos vigilar el riego. Una buena regla general es regar la planta cada 7-10 días y asegurarnos de que el agua drene bien, eliminando cualquier posible exceso.
Una vez que las flores se marchitan o alguna rama que ha sufrido algún daño es importante eliminarlas, pues estas pueden causar daños, además de tomar nutrientes del suelo. Las orquídeas necesitan muchos nutrientes para crecer y florecer y para aportarles las dosis necesarias lo mejor es utilizar un fertilizante específico para ellas.
Con estos consejos podremos mantener a nuestra querida orquídea sana sin tener que comprar otra cada vez que pierda las flores o su aspecto se deteriore debido a unos malos cuidados.
