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CINE | "Pinocho": Begnini cumple, pero al conjunto le falta ritmo

Mateo Garrone revisita el cuento tradicional con un excesivo diseño de producción, un Begnini que cumple pero el conjunto carece de ritmo

Han sido muchas las adaptaciones de ‘Las aventuras de Pinocho’ (1881), la célebre novela de Marco Collodi, conocida popularmente como “Pinocho”. Considerado un cuento infantil, en la memoria colectiva su imagen está asociada a su adaptación más reconocida, la producción de Disney de 1940, considerada una obra maestra de la animación.

Como cualquier niño, Pinocho siente curiosidad por el mundo y aprende por ensayo y error. En un mundo entre lo real y lo fantástico, en una Italia rural y atemporal, Pinocho inicia un viaje que lo enfrentará cara a cara con la naturaleza, el reino animal y el mundo de la imaginación.

Matteo Garrone es el autor de “Gomorra”, de “Dogman ”y también de una extraña y hermosa fantasía llamada “El cuento de los cuentos”.

La película destaca por su gran diseño de producción y por ver a un Roberto Begnini más o menos controlado. Visualmente este Pinocho tiene gran fuerza con una imaginería muy barroca y abigarrada que puede desconcertar al espectador por exceso.  De hecho, transita en la frontera del feismo.

La cinta carece de ritmo y resulta demasiado previsible y aburrida y el personaje del propio Pinocho no termina de funcionar del todo.

Cabe destacar que no es una película infantil ya que resulta un conjunto demasiado naturalista y tremendo.

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