Cuando la simetría se convierte en joya

Criado en una familia de joyeros, Andrés Fernández decidió quedarse con la mesa de trabajo de sus padres y un día elaboró un anillo para pedir matrimonio a Mónica Lloret. Hoy, ambos forman "The Symmetry", una marca que poco a poco se ha ido expandiendo por toda España demostrando en cada pieza lo simétrico que es su equipo.

¿CUÁL ES VUESTRA FILOSOFÍA?

Desde un inicio, teníamos claros nuestros valores: una producción ética y de calidad. Inicialmente The Symmetry nació como marca, también hacíamos ropa, pero con el tiempo y la experiencia, nos definimos como taller de joyería. Al final tenemos mucha competencia, y tuvimos que analizar nuestras fortalezas y debilidades y creíamos que teníamos que potenciar que el taller era nuestro, que casi todos los procesos de producción estaban en nuestras manos y que podíamos personalizar.

¿QUÉ VALOR LE APORTAN A LA MARCA TRABAJAR SIN STOCK?

La súper producción de producto no es buena en ningún ámbito empresarial ni medioambiental. Cada vez somos más conscientes con el planeta y con nuestra forma de trabajar más slow. Vivimos demasiado deprisa y consumimos aún más rápido, así que empezamos a escuchar más al cliente y a personalizar cada pieza. No podemos compáranos con otras marcas más rápidas, pero sí nos aseguramos que el cliente quede contento. Nos encanta que nos pida cosas que tienen en la cabeza, de imágenes, esbozos propios o simplemente que modifiquen ellos mismo los modelos que tenemos disponibles. Tenemos modelos que llevan con nosotros casi siete años, pero casi ninguno sale igual de nuestro taller, van cambiando formas, acabados o de ser un colgante a ser una pulsera y esa es un poco la magia.

¿DE QUÉ MODO SE COMPLEMENTAN MODERNIDAD Y TRADICIÓN?

Estamos en un momento global en el que la moda rápida ya no es la única opción. Con la pandemia, todo se aceleró y se ha vuelto a los oficios y a darle importancia a la artesanía. Nos damos cuenta de que cada vez más el cliente valora y exige saber dónde y cómo se hacer el producto. Casi el 98% de nuestra web sale de mis manos, aunque también tenemos algunas piezas que trabajamos mano a mano con proveedores externos. Modernidad y tradición pueden y deben ir de la mano. Uno de nuestros hándicaps es que solo trabajamos materias primas, sin baños porque son súper agradecidas y ofrecemos que a la larga, esa pieza, si te cansas, puedes traérnosla, la fundimos y hacemos una nueva . Esta en nuestras manos el cambio de consumo.  

¿CÓMO FUNCIONAN LAS TENDENCIAS EN JOYERÍA?

Las tendencias en bisutería y joyería van bastante de la mano, aunque creo que es un error, ya que una pieza de joyería te durará todos los años que quieras y la bisutería te permite crear piezas más tendenciosas. La alta joyería o la joyería fina tiene una base clásica y va adaptándose en formas y colores.

¿TENÉIS UN CLIENTE YA DEFINIDO?

Después de siete años de marca y de cambiar de ciudad, sí que tenemos un cliente definido. Al principio, cuando hacíamos mercados de diseño, el cliente era muy variado, porque no personalizábamos, hacíamos colecciones y las íbamos vendiendo, pero desde que nos mudamos a Galicia, nuestro cliente no está determinado por un estilo, sino por rango de edad (18-60) y con valores en la artesanía. No solo buscan una pieza bonita, les interesa la historia de nuestro taller y poner cara a quien realiza esa joya; a la vez que puedan formar parte del proceso y personalizar en los ámbitos que sean posibles.

¿CÓMO SURGEN LAS COLECCIONES?

Nos empapamos mucho de las pasarelas, pero también nos encanta la joyería vintage, la geometría, el arte, una película, un libro… Mónica no era una persona de llevar joyas, pero una de nuestros puntos fuertes es que fueran piezas cómodas, de día a día, ella sin duda es mi mejor control de calidad. Antes de sacar un modelo, primero la probamos, tanto por forma, por peso y por si hay algún fallo. Una de nuestras frases es “Y esta pieza, ¿cuándo te la pondrías?” Una fiesta, un evento, cada día… Y así empezamos.

¿CÓMO ES EL PROCESO DE TRASLADAR UNA IDEA CREATIVA A UNA JOYA?

Yo al principio no diseñaba, lo mío era otro ámbito. Así que Mónica esbozaba y yo lo replicaba en físico hasta que llegábamos al modelo final, prueba-error. Sigue siendo igual ahora, pero ya me atrevo yo a esbozar y hacer diseños propios. Sin duda, es la parte más bonita, dibujar y esbozar y luego ver el resultado final siempre es satisfactorio.  

¿CÓMO FUNCIONA EN EL CASO DE LAS PIEZAS HECHAS A MEDIDA?

Funcionamos un poco como hacemos entre nosotros. El cliente puede enviarnos un dibujo, una imagen o venir al taller/llamarnos y explicarnos que tiene en la cabeza. Una vez nos han trasladado eso, solemos hacer un pequeño esbozo para tenerlo un poco claro y ver si es posible realizarlo. Casi siempre puedo hacerlo, pero nosotros tenemos un taller pequeño y la joyería es muy compleja, hay muchas cosas que no podemos hacer. Así que solemos reafirmar que podemos hacerlo, realizamos presupuesto aproximado y ¡adelante!

¿POR DÓNDE PASA EL FUTURO?

Pues la verdad, no quiero tirarme piedras en mi tejado, pero consumimos más de lo que necesitamos en mucho ámbitos, pero en la moda y la bisutería más. En la joyería, como son piezas con más durabilidad, se lo piensan dos veces; evidentemente, los precios también son diferentes. No pretendemos que compres un “thesymmetry” todos los meses, pero sí quizás en momentos más especiales, no comprar por comprar.  

¿QUÉ PAPEL HA DE JUGAR LO HECHO A MANO DENTRO DE ESTE FUTURO?

Me encantaría pensar en un futuro con avances tecnológicos e industriales para mejorar la calidad de vida, pero que intentemos no solo en la moda, sino en todo, que el “hecho a mano” sea la base de nuestro consumismo, y si ya pudiera ser en base kilómetro cero, sería perfecto. Menos consumo de combustibles y más comercio cercano. Evidentemente, siempre hay cosas que no tenemos cerca, pero a veces sí y por ignorancia no las compramos. Es muy utópico, pero si “al no estar en Amazon no existes”, no creo que tenga un gran futuro para el bien del mundo… Antes vivíamos sin Amazon porque teníamos más tiempo o no éramos tan “vagos”, ahora lo queremos todo ya.

Te puede interesar