De la misma forma que, una noche, en la cola del baño, te encuentras con el chico más guapo y joven de toda la ciudad y te lo llevas, un día, arrastrando con desidia el cursor por la pantalla, das con “Crazy Ex Girl Friend”
Pero, pero, pero… ¿cómo nadie me había hablado de “Crazy Ex Girl Friend”? He escrito una columna hablando de mi melancolía en ausencia de series que ver, he declarado mi amor incondicional por las colgadas, he gritado a los cuatro vientos que no hay nada como un musical… ¿y nadie ha tenido la amabilidad de decirme que existía una serie, comedia para más señas, que reunía todos estos elementos y más? ¿He tenido que enterarme buscando en seriesbang y probando con desgana? ¿Es así como llega la felicidad a la vida de una?, ¿de pura y carambolera casualidad? ¡Oh, destino irónico!, ¡oh, felicidad esquiva!, ¡oh, exclamaciones e interjecciones!
Ni una reseña, ni un comentario, ni un trailer… Solo la casualidad más chimpunera ha hecho que me encuentre con una serie que parece que estar hecha para mí. De la misma forma que, una noche, en la cola del baño, te encuentras con el chico más guapo y joven de toda la ciudad y te lo llevas, un día, arrastrando con desidia el cursor por la pantalla, das con “Crazy Ex Girl Friend”. Lo bueno de las series (en comparación con los bollitos nocturnos, que sin apellido no están en internet) es que siempre vas a encontrar información sobre ellas.
Y así, igual que cuando él se marcha de tu casa, corres a ver si lo encuentras en Facebook, cuando acabas el primer capítulo, corres a guglear “crazy ex girl friend” y ahí es cuando te encuentras con reseñas que la califican de joya, de audaz, de impresionante… Y entonces sí, entonces puedes hacer planes de futuro, puedes hablarle de tu nueva serie a tus amigas y saber que no te decepcionará con un inesperado aliento a cebolla o dejándose los calcetines puestos cuando no debe.
Bato palmas, canto cancioncillas estúpidas, hago zapatetas cada dos pasos. Que viva “Crazy Ex Girl Friend”.
