En el mundo de la jardinería siempre hay especies nuevas, llamativas y sorprendentes. Este es el caso de la especia que abordamos hoy, un tipo de cactus sin pinchos con unas bellas y coloridas flores similares a las rosas silvestres
Los cactus son una familia de especies muy numerosa, con una cantidad de variedades asombrosa que se adaptan a todos los gustos. Sin embargo, de entre todos ellos algunos destacan ligeramente sobre los demás, es el caso de la subfamilia taxonómica de hoy, pereskioideae o simplemente pereskia.
Procedente de regiones tropicales, las especies pertenecientes a la familia pereskia, son comúnmente conocidas como cactus de hoja. A diferencia de toda la familia de los cactus y su cualidad más característica, las pereskias no tienen pinchos. Por su aspecto, a primera vista se asemejan más a las rosas salvajes que a los cactus, ya que a primera instancia, la ausencia de púas alejaría a cualquier jardinero de identificarlas como cactus. Una vez dicho esto, puede que muchos estén pensando que si se trata de un cactus sin pinchos debería ser una crasa, sin embargo, las crasas tienen hojas persistentes suculentas mientras que la pereskia tiene hojas persistentes pero no suculentas.
Las flores de la pereskia pueden aparecer solas o agrupadas y por su aspecto recuerdan a las rosas silvestres. Alcanzan un diámetro de hasta 5 centímetros con una gama de colores que va desde el blanco al magenta, pasando por el amarillo y el rojo. Produce unos frutos esféricos de pequeño tamaño y de color rojo vino.
Los cuidados de la pereskia
Afortunadamente para los amantes de la jardinería, esta preciosidad se puede cultivar de manera sencilla, habitualmente tienen un rápido crecimiento y su floración es muy prolífica. Son más tolerantes a la humedad que las demás variedades de cactus, pero al igual que estos, no requieren un riego abundante.
Para cuidar una pereskia, es necesario utilizar un sustrato adecuado para cactus, que facilite el drenaje para evitar acumulaciones excesivas de agua. Cuando las raíces ocupen toda la maceta, trasplántala en primavera, repitiendo esto cada vez que las raíces llenen la totalidad del recipiente hasta trasplantarla a una maceta de 30 centímetros, momento en el que alcanzará su tamaño total.
En el momento del trasplante (inicios de primavera) poda las plantas adultas para que no crezcan mucho. Para podar las pereskias, poda justo encima de los nudos, retirando lo que sea necesario para que la planta se mantenga por debajo de los 1,2 metros de altura.
Los riegos deberán mantener el compost húmedo, pero sin llegar a encharcarlo. Tras cada riego, espera a que el sustrato esté seco para volver a regar. En cuanto a la fertilización, lo mejor es aplicar abono cada cuatro o seis semanas con fertilizantes específicos para cactus, de esta forma florecerá en abundancia con colores vivos e intensos.
A pesar de que no lo parezca, hay que tener en cuenta que es un cactus, por lo que no se debe rociar con agua, ya que prefiere los ambientes secos. Debe recibir una cantidad sol abundante, especialmente cuando se empiecen a ver los botones florales. Las temperaturas medias son las más óptimas para su desarrollo, rondando los 20-22 grados, sin embargo, puede superar los 24 sin resultar perjudicada.
Durante los meses de otoño e invierno se debe regar con menos frecuencia, manteniendo el compost seco, ya que captará la humedad ambiental. Las pereskias son plantas semiperennes, por lo que en estas estaciones será común que pierdan las hojas, a pesar de ello, deben mantenerse en un lugar soleado con una buena circulación de aire, preferiblemente, seco.
En cuanto a las plagas a las que es más susceptible, hay que mantener el ojo en la posible presencia de arañas rojas y cochinillas algodonosas. A la más mínima presencia, se deberá aplicar un insecticida.
CONSULTORIO
Mi planta carnívora no es capaz de atrapar ningún insecto por su cuenta. ¿Es normal?
Gracias por su consulta. Las venus atrapamoscas son especies que se desarrollan en lodazales en regiones de Norte América. En condiciones normales, captan los nutrientes mediante su sistema radicular y, para competir con las demás especies de su entorno, han desarrollado una función carnívora para poder mantener la cantidad de nutrientes adecuada para poder crecer y reproducirse. Ahora bien, una vez que estas especies de plantas carnívoras, al igual que ocurre con las demás, son trasladadas a una maceta y reciben los nutrientes mediante fertilizantes y sustratos ricos en materia orgánica, su “instinto de caza” se ve atenuado. Lo mismo ocurre con los animales domésticos, al ver sus necesidades cubiertas, pierden la necesidad de esforzarse por obtenerlas. Esta duda es muy habitual, pero no implica ningún problema en la salud de la planta, al contrario, indica que sus necesidades están bien cubiertas.
Félix Urrique (Ourense)
