TURISMO

Diez visiones del futuro a través de los jardines efímeros de Allariz

La VII edición del Festival Internacional de Jardines de Allariz ha cumplido ya su primer mes de vida y todavía tendrá recorrido hasta finales de octubre. Casi seis meses en los que las propuestas paisajísticas evolucionarán con la primavera, el verano y las primeras semanas del otoño y nos hablan de cómo ven el futuro sus autores.

La literatura, el cine y el cómic son las principales fuentes en las que se desenvuelve el mundo de la futurología, no en el sentido mágico y adivinatorio sino de la ciencia ficción. ¿Cómo será el futuro? Es algo que ha preocupado al hombre desde el alba de los tiempos. El VII Festival de Jardines de Allariz ha dado en el clavo al proponer a los paisajistas que trabajen sobre ese concepto y lo conviertan en una propuesta de jardín. De entre el casi medio centenar de participantes de todo el mundo, un jurado ha hecho una selección de diez finalistas que presentaron sus visiones del jardín del futuro y ahora están materializadas en otras tantas parcelas a orillas del río Arnoia.

Creadores de paisajes y jardines de Galicia, del resto de España, de Europa y América han convertido Allariz en un territorio para la utopía y la distopía, pero utilizando no la palabra, ni la estética de un comic o de una película, sino el substrato, plantas, flores y un conjunto de elementos ornamentales que conforman sus jardines del futuro.

Sorprendentes con sus propuestas, algunos respondieron con ironía, como el último que nos acerca a la visión de que los poetas futuristas tenían del jardín del futuro hace ahora un siglo. Otros, con pesimismo, como la que representa el jardín de luz, un espacio al que los habitantes de las ciudades llevan sus plantas a tomar el sol, como hoy sacan a pasear el perro. Pero en general, cada una de las diez propuestas representa una fórmula de esperanza, en la que, ya sea mediante cultivos hidropónicos, ya sea con jardines colgantes, ya con una cúpula en la que sintetizar el ambiente de un invernadero bajo el hostil cielo de la Luna o de Marte, o dentro de un contenedor, sobre una pared vertical, todos confían en que el futuro, incluso el más negro posible, albergará rincones por los que sera posible pasear en torno a un jardín.

Se calcula que alrededor de cuarenta mil personas recorrerán el recinto expositivo a lo largo de los casi seis meses que dura la muestra. Seis meses en los que los jardines irán evolucionando, desde su origen en primavera hasta la madurez del verano y el crepúsculo otoñal en el que uno de ellos, el ganador, tendrá continuidad en la edición venidera. El futuro de 2016, se encontrará en esa parcela, con los jardines de la memoria de 2017.

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