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En Galicia por amor...

El artista Pájaro Sunrise.
photo_camera El artista Pájaro Sunrise.
Con Galicia como centro de operaciones Pájaro Sunrise presenta “The Future Is Not What It Used To Be”, un álbum con un cóctel de disco-funk, bossanova hawaiana, surf-folk y canción pop

Ironía y madurez son las características salientes de “The Future Is Not What It Used To Be”, un álbum con el que Pájaro Sunrise vuelve a la palestra con la intención de no pasar desapercibido, acaso producto de superar una pandemia a nivel global y cinco mudanzas a nivel personal, para recalar en Galicia como punto final de un poliédrico derrotero profesional y humano. “Vine por amor y me quedé por el sol”, bromea el artista nacido en León y afincado muy a gusto en La Coruña.

Con una mixtura de disco-funk con canción pop, surf-folk o bossanova hawaiana y, por ende, esquivo a las modas imperantes, Pájaro Sunrise es el alter ego de un Yuri Méndez que creía que nunca le iban a preguntar el por qué de su vuelo: “La idea era buscar un nombre que no significara nada en concreto; un poco como crear una dirección de correo electrónico: una vez que te pones creativo y prescindes de los apellidos ya no hay salida buena”. 

¿Por qué la elección del inglés?

Cuando empecé a tocar no escuchaba apenas música en castellano y, además, me parecía que cantar en inglés podía ser una forma estupenda de viajar por el mundo con los gastos pagos. Como era el idioma de la música con la que había crecido, ni siquiera fue una elección. Con el tiempo, además de viajar, he terminado grabando también en castellano y por ahora no se me ha enfadado nadie, así que no hay motivo de arrepentimiento.

Hacer un pop de autor con libertad, ¿puede restringirte el público y, más aún, la difusión de tu música?

No voy a decir que no tenga en cuenta al público porque no sería del todo cierto, pero sí que intento no pensar en condicional sobre qué habría ocurrido de seguir otro camino. Por un lado, escogí hacer lo que hago porque quería ser libre para poder cambiar de idea en cualquier momento y, si perdiera eso, dejaría de tener sentido hacerlo. Por otro lado, creo de verdad que las buenas canciones acaban encontrando su hueco entre el público. Me siento afortunado por la cantidad de gente que escucha mi música, pero si no pasa de ahí quizá es que no haya escrito canciones lo suficientemente buenas. No hace daño recordarlo de vez en cuando.


Vivir en Galicia, ¿es una elección o un accidente?; ¿cómo te adaptas?

Fue como en “Callejeros Viajeros”: vine por amor y me quedé por el sol. Siempre había pensado que Coruña era un sitio en el que no me importaría vivir y, aunque echo de menos a los amigos que siguen en Madrid, no tengo queja. Mi familia llevó durante muchos años el restaurante de la Casa de Galicia en León y me apellido Méndez: la adaptación tenía que ser fácil.

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