El estampado de moda

¿Cómo nació Xiana Cobo? De manera muy orgánica pues yo me dedicaba a hacer diseño de estampados para una empresa de estampación digital. Hacer pañuelos es algo relativamente sencillo para empezar, es un cuadrado estampado con un remate alrededor. Siempre me atrajo mucho este objeto a medio camino entre lo utilitario y lo decorativo. Un cambio de rumbo en mi vida profesional hizo que por fin lo apostase todo por mi proyecto, que llevaba un tiempo compaginando con mi trabajo en la fábrica, así que ahí fue cuando lo consideré como opción profesional, viendo que la primera colección había funcionado. ¿Quiénes son tus clientes? Este último año me he acercado mucho al tipo de cliente que tengo. Las redes sociales son una herramienta súper potente, nunca hemos estado tan cerca de nuestros clientes potenciales y eso intimida un poco por momentos, pero también es genial. Ahora sé algo mas de ellas, porque la mayoría son mujeres: les gusta el arte, el diseño y consumen con consciencia. Apuestan a menudo por pequeños creadores y valoran los objetos hechos con mimo y dedicación. ¿Cómo es el proceso de diseño? Siempre empieza con fogonazos: una película, un cuadro, una foto, una textura... Son ideas que voy juntando en una libreta y un día me siento a ordenar. Precisamente es en ese proceso, que se van quedando muchas cosas por el camino, cuando se construye lo que al final es “la colección”. Para hacerla tienes que tener muchos factores en cuenta. No sigo un orden concreto. Por ejemplo, si no puedo disponer de una calidad que tenía en mente para “x” diseño, tengo que cambiar todo el planteamiento, así que voy creando en función de mis recursos. Nunca al contrario. Los pequeños tenemos que jugar con esa baza. Ser más flexibles y adaptarnos a lo que tenemos. En tus diseños cobra especial relevancia la ilustración. ¿Qué le aporta a tus propuestas? La idea de Xiana Cobo es acercar el mundo de la ilustración al textil. No poniendo el dibujo al servicio del tejido sino que el tejido sirva de soporte para el dibujo. Me gusta pensar en este equilibrio siempre y tenerlo en cuenta. La ilustración siempre me ha gustado y de hecho, empecé con mi proyecto haciendo ilustraciones para cuentos. Eran dos universos separados para mí, el mundo de los libros y el mundo de la estampación digital. Con Xiana Cobo quise unir estos dos mundos. Por ejemplo, la serie que tengo en seda de acuarelas botánicas de momento no las veo en otro tipo de tejido, la seda es perfecta para este tipo de ilustraciones. Cada tejido pide un tipo de técnica distinta. Y, si no hace falta estampado, pues mejor no lo pongo, como sucedió con “Zoila”. Era un accesorio formalmente tan potente que no necesitaba nada más. Tus diseños van más allá de las tendencias. ¿Al hablar de pañuelos y complementos son tan variables como en ropa? El pañuelo en sí es una tendencia. ¡Es una coincidencia! Lo de hacer pañuelos es una idea que lleva conmigo desde hace mucho, así que, cuando empecé ya era un accesorio de moda. Pero lo que hay dentro de ellos está fuera de toda tendencia y eso es lo genial. Casi todo vale como estampado, todo se juega en el cómo: escala y color... Tu apuesta es por la filosofía ‘slow’. ¿Cuáles son las principales dificultades que entraña optar por moda sostenible? Muchas, para empezar el tema de producir a pequeña escala. La gran mayoría de las fábricas solo trabajan con unos mínimos enormes, esto es muy desesperante cuando empiezas. Un pequeño productor que está comezando casi nunca puede premitírselo y eso, claramente nos deja muchas menos opciones a la hora de encontrar proveedor. Es un mundo que no está construido para la pequeña escala y esto es una pena. Por suerte, cada vez surgen más pequeñas voces que usan recursos que los grandes obvian, como el reciclaje, tejidos en stock, etc. Una parte de nuestros pañuelos los hacemos con tejidos de stock. Por desgracia este año no hemos podido viajar, pero esperamos poder retomarlo pronto porque es uno de nuestros diseños más buscados, el “True Romace”. Al final creo que se trata de eso, apoyarnos en las dificultades para transformarlas en puntos esenciales de la marca. En época de crisis, ¿cómo fue abrirte paso con una propuesta tan especializada? Creo que todavía me estoy abriendo paso... (risas). Es muy difícil pero también es verdad que está surgiendo una especie de conciencia por parte del consumidor cada vez mayor de qué es lo que consume, de dónde viene. Esto me ha ayudado algo pero aún así es una carrera de fondo y no es fácil. De todos modos, creo que precisamente la especialización es la clave porque si eres solo una persona al frente no puedes hacerlo todo bien. El consumidor, además, cada vez es más exigente y busca que detrás de lo que compre haya una historia y alguién que sepa lo que hace. ¿Qué papel ha de jugar la artesanía en el futuro de la moda? Creo que la relevancia de la artesanía no es algo pasajero y justo enlaza con el tema de la especialización. En él hay personas que se especializan en un trabajo y las grandes marcas están echando mano de ellos porque les aporta valor. Si no, la diferencia entre una marca de lujo y una más “mainstream” apenas se notaría. Llevar la artesanía al gran público ya es otra cosa, necesitamos un cambio grande de mentalidad a la hora de consumir, que poco a poco parece que se abre camino, pero todavía hay muchas cosas que tendrían que cambiar.