Eva María se fue

La revista “Codorniz”, por si no han tenido un profe de literatura tan bueno como el que tuve yo en BUP y no lo saben, es una revista de humor que se publicó en España desde 1941 hasta 1978. Y con humor me refiero a humor de altos vuelos

Esta semana no he leído ningún libro ni he visto ninguna serie o película. Lo del libro creo que es porque el último, “Tres Segundos de Memoria” de Ameixeiras, me gustó tanto que me asusta que ahora me desencanten todos los demás, y lo de la serie o película es porque no he tenido ganas ya que, quizá con la primavera, he estado sufriendo un estrés emocional de causas inciertas. 

Así que, para cuidar dicho estrés emocional, el finde me fui a la playa a casa de una amiga. Pero como a mí la playa me aburre un poco porque el agua está demasiado fría, la arena demasiado caliente y el sol me hace salir manchas en la piel, pues me quedé gran parte del tiempo en el sofá debajo de una manta y leyendo lo que encontré en casa de mi amiga. Eso sí que me gusta a mí, cotillear en los revisteros de los demás. Hay que decir que existen pocas revistas que no me gusten, porque desde “Lecturas” a “Visor” pasando por “Jot Down” o “Cuore”, denme cualquiera de ellas y unas gafas y olvídense de mí. Pero lo que me encontré en el revistero de la Vero (que hace una rima consonante muy cuca que pienso repetir), lo que me encontré en el revistero de la Vero escapaba a todas mis expectativas: ¡un ejemplar en tapa dura de varios fascículos de la revista “Codorniz”!, ¡con su precio en céntimos y todo!

La revista “Codorniz”, por si no han tenido un profe de literatura tan bueno como el que tuve yo en BUP y no lo saben, es una revista de humor que se publicó en España desde 1941 hasta 1978. Y con humor me refiero a humor de altos vuelos, humor absurdo, humor inteligente, humor humor, vaya. 

Tuvo problemas con la censura, multas y portadas que nunca vieron la luz, circunstancias todas que no hicieron sino acrecentar su fama de revista cool en un momento en el que dicho término ni se usaba fuera del mundo anglo. Y es que su director era Miguel Mihura y algunos de sus colaboradores habituales, ni más ni menos que Rafael Azcona, Miguel Gila, Conchita Montes o Antonio Mingote. Menuda panda.

Y así volví al pozo, con mi eterno aspecto blancuzco y enfermizo pero el estrés emocional completamente curado. Qué bonita es la playa cuando te quedas en el sofá, jijijí jajajá.
 

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