LA REVISTA

Fresones y fresas, las frutas del sabor de la infancia

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photo_camera Fresones.

Cada año llegan más temprano a las fruterías. Y casi siempre lo hacen del mismo sitio: Huelva. 99 de cada 100 son fresones, aunque les llamemos fresas.

Hace cuarenta años era uno de los sabores más habituales de la infancia. Estaba en los caramelos, en los chicles... pero muy rara vez en la fruta. Las fresas no eran tan abundantes y solo se consumían durante una breve temporada desde el final de la primavera a mediados del verano.
Hoy, la cosa no ha cambiado mucho, porque, fresas, lo que se dice realmente fresas, siguen siendo escasas y delicadas, de ahí que no abunden en el mercado. Lo que sí tenemos y desde los primeros días de enero, son los fresones. Huelva es la provincia productora por excelencia. Nueve de cada diez fresones que se consumen en España proceden de allí. Nuestro país es el tercer productor del mundo, después de Estados Unidos y China, pero el primer exportador. El 85 por ciento de la producción española acaba en Francia, Alemania, Italia y otros países europeos.

Las fresas y los fresones son frutas hermanas, pero con más diferencias que el simple tamaño. La fresa podemos cultivarla fácilmente incluso en Galicia y cuando dejamos de hacerlo aparece espontáneamente por los bordes de los bancales. Son pequeñas y muy sabrosas. El fresón, en cambio, es un híbrido. Cualquiera que sea su variedad, una vez finalizado el ciclo se acabó. Hay que comprar otro plantón.

Huelva, Portugal, Marruecos, Turquía. El coste de transporte encarece el fruto, de ahí que en nuestras fruterías predominen los fresones nacionales y los portugueses.

Combinan muy bien con una cucharada de azúcar y un chorrito de zumo de naranja, o con nata. Pero hay muchas maneras de comerlas. Incluso en una ensalada con lechuga, tomate, cebolla y otros vegetales. El vinagre de una buena ensalada refuerza su sabor.

¿Qué hace de las fresas y los fresones un alimento tan interesante? Fundamentalmente la composición que encontramos en sus elementos. El mayoritario, casi el 90 por ciento, es agua, de ahí que sea muy baja en calorías. Su aportación generosa de vitamina C es mayor que la de la naranja. Con cien gramos de fresas ya cubrimos nuestra necesidad diaria. También es rica en potasio y en otros compoenentes como el ácido elágico, un antioxidante al que se le atribuyen propiedades anticancerígenas y de mejora de la disfunción eréctil.

Así pues, aunque el fresón cada vez sabe menos a fresa, porque se prima la producción, sin embargo nos regala con un montón de propiedades que son buenas para la salud. Y para el sabor, chicle de fresa.

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