Adoro la leche frita, las croquetas, el arroz con leche (aunque lo cargo bien de canela para quitarle el sabor lácteo). Pero no entiendo la gratuidad de añadir leche a recetas que en origen no la llevaban. Por ejemplo:
- cambiar el agua por leche a la hora de hacer la masa de una empanada.
- Poner a remojo el bacalao en leche en vez de en agua.
- Guisar un jarrete de ternera con leche o un lomo de cerdo.
Es notoria, y para mí preocupante, la cantidad de recetas que se encuentran en internet en las que se hacen carnes y empanadas con este ingrediente tan útil en otras elaboraciones como innecesarias en éstas. Salvo que se quiera ocultar el sabor del resto de los productos y eso solo obedecería a la necesidad de enmascarar una mala materia prima. Así que, si hay leche en un jarrete, como cuando se añade harina a una salsa para engordarla, sospecharía.