Entrevista

Leonardo Lemos, el obispo cercano

OURENSE (OBISPADO). 30/01/2020. OURENSE. Entrevista al Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, para La Revista. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera El Obispo de Ourense, Leonardo Lemos. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
A punto de cumplir ocho años de episcopado, Leonardo Lemos hace tiempo que hizo suyos los retos de Ourense y los afronta con optimismo.

Es el mayor de cinco hermanos. Leonardo Lemos (Barallobre, Fene, 1953) pasó su infancia en Ferrol. El ambiente de la ciudad y de su familia le señalaban un futuro como marino, pero sintió la llamada de la vocación sacerdotal. Ejerció como docente y sacerdote en Santiago hasta que hace casi ocho años fue nombrado obispo de la Diócesis de Ourense.

1. Marino o sacerdote, ¿fue difícil la elección?

El ambiente de mi familia era un ambiente cristiano. Sí es verdad que por tradición familiar estaba abocado a hacerme marino a seguir la carrera militar. Y yo no descartaba esa hipótesis, incluso sondeaba la opción de hacer Derecho y luego preparar oposiciones al cuerpo jurídico de la Armada. Pero cuando tenía 16, 17 años, surgió en mí una inquietud muy fuerte, de tipo espiritual. Yo soy de los que dice que Dios llama.

2. ¿Cómo sintió esa llamada?

Surge de una manera muy curiosa. Recuerdo que un 19 de marzo, que entonces se celebraba, además de la fiesta de San José, el día del seminario. Y como todos los días de precepto yo iba a misa, recuerdo que era la última de la mañana, y había una misa al lado del Ayuntamiento de Ferrol, en la iglesia del Carmen, que daba un curita viejo, ex capellán castrense que hacía unas homilías muy breves pero muy bonitas. Y aquel día se puso a hablar de la vocación sacerdotal. Y en un momento dijo, “aquí veo muchos jóvenes. ¿Y tú no puedes ser uno de esos a los que Jesús dice: ven y sígueme?”. No sé lo que pasó, pero sí sé lo que sentí. Fue como una especie de calambrazo, una sacudida, pero no en el sentido físico, sino espiritual. Y eso me cambió el horizonte. 

OURENSE (OBISPADO). 30/01/2020. OURENSE. Entrevista al Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, para La Revista. FOTO: ÓSCAR PINAL

3. ¿Y entonces?

Entonces encaucé mi vida hacia el sacerdocio. Como ya era un chico mayor, ya había estudiado bachillerato, me plantearon que realizase una etapa de maduración vocacional, al tiempo que estudiaba Cou en el instituto Gelmírez. Y tuve una gran suerte. Suerte por tener a mi padre que me acompañó en esa idea, a pesar de que no estaba de acuerdo conmigo y después encontré unos sacerdotes magníficos en el camino. Esa fue la pieza fundamental en mi perseverancia como sacerdote en momentos difíciles.

4. ¿Qué recuerdos tiene de sus primeros años como sacerdote?

Primero me ordenaron diácono. Lo hizo don Ángel Suquía, que era vasco y entonces era arzobispo de Santiago y después fue cardenal.  Un hombre muy cercano, un gran pastor. Lo recuerdo con mucho cariño. Me destinaron al seminario menor como docente, tutor de 61 chavales que en aquel momento estaban haciendo primero de bachillerato. A los cinco años, don Ángel Suquía me propuso continuar los estudios, haciendo Filosofía. Yo le hice saber que prefería estudiar Derecho, Historia Eclesiástica, Teología Dogmática… me atraían mucho más estas disciplinas que la Filosofía. Pero el arzobispo insistió. “la diócesis necesita un profesor de filosofía” y así me marché a Roma. Me habían ordenado en 1979 y me fui a Roma en 1982.

OURENSE (OBISPADO). 30/01/2020. OURENSE. Entrevista al Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, para La Revista. FOTO: ÓSCAR PINAL

5. ¿Cuánto tiempo estuvo en roma?

Desde 1982 a 1987. Volví en 1987 con mi tesis doctoral en Filosofía. Me apasionaban la historia y la arqueología y pedí permiso en aquel momento al que era mi arzobispo, porque don Ángel Suquía ya se había ido a Madrid y había quedado de arzobispo en Santiago quien había sido su auxiliar que era don Antonio María Rouco Varela. Entonces, por las tardes, me iba a la Escuela Vaticana de Biblioteconomía y Archivística y allí me gradué en Archivística y Paleografía y fui a hacer otro curso al Pontificio Instituto Arqueológico fue una experiencia excepcional.

Le tiraba la investigación

Sí. Me habría gustado mucho dedicarme a la investigación histórica y a la arqueología. Gocé mucho cuando fui canónigo de la catedral de Santiago, con el tema de las excavaciones, enseñando el subsuelo de la basílica compostelana porque ahí era donde tocabas las raíces de nuestra historia jacobea. Y ahora gozo mucho en esta diócesis que es una de las más antiguas.

6. Está a punto de cumplir ocho años como obispo de Ourense ¿Cómo vive esta experiencia?

Sí. El 12 de febrero se cumplen ocho años. Para mí fue una experiencia nueva, desconocida para mí, que es la experiencia del trabajo pastoral. Gracias a Dios tengo muy buenos colaboradores y en nuestra diócesis hay un muy buen clero, muy colaborador, muy entusiasta, que se demuestra por la acogida que ha tenido el sínodo diocesano, tanto por el clero, como por la mayor parte de nuestros fieles laicos y religiosas y religiosos.

7. ¿Qué destacaría de estos ocho años de episcopado?

A medida que las circunstancias histórico eclesiales fueron marcando su camino nosotros aquí hemos tenido un Año de la Fe, un Año de la Misericordia, celebramos los 1.700 años del nacimiento de San Martín de Tours, que es el patrono de la diócesis, se creó el Instituto de la Familia, se potenció el trabajo en el Seminario Menor, hemos acogido un seminario misionero, ahora estamos metidos en el sínodo… y muchos trabajos más.

OURENSE (OBISPADO). 30/01/2020. OURENSE. Entrevista al Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, para La Revista. FOTO: ÓSCAR PINAL

8. ¿Cuáles son los retos de la diócesis?

Es una diócesis extensa, que llega desde más arriba de Oseira hasta los confines de Galicia, en Vilavella. Tenemos 735 parroquias y el gran problema es que en semejante extensión hay una gran despoblación, una situación que afecta tanto a Galicia como a Castilla. Tenemos un rural muy despoblado, con muy pocas personas y muy mayores, con los jóvenes y los niños viviendo en las villas y en la capital. Y hay un problema añadido: el enorme patrimonio de la diócesis. Y no solo me refiero a las iglesias parroquiales, hay capillas, hay conventos, monasterios… que pasan del millar. Es un problema administrativo complejo en el que por suerte nos están ayudando las administraciones públicas, algunos concellos se implican y muchas comunidades de montes están haciendo una labor excepcional.

9. ¿Hay soluciones para esa dispersa y escasa población rural?

Estamos trabajando en la creación de Zonas de Atención Pastoral desde las que el sacerdote o un grupo de sacerdotes atienden un número de parroquias. Muchas de ellas no tienen actividad durante la semana en torno a la parroquia y una población muy reducida o ninguna, tan solo el fin de semana. Y unidades de atención parroquial, con un párroco o dos que atienden una misma zona.

10. ¿Y las vocaciones?

Yo creo que nacen muchas vocaciones, pero luego el entorno, los amigos, a veces la familia incluso, terminan frustrando esa vocación. También es cierto que cada vez surgen más vocaciones adultas. Es un problema complejo.

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