CON BUENA LETRA

Listas tristes

Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura”.
La dice Dumbledore en “Harry Potter y la piedra filosofal”. Lo cual me recuerda que las adaptaciones cinematográficas de los libros de Harry Potter son dignísimas
 

La semana pasada dije que haría una lista de películas que están mejor que los libros en las que se basan. Pero como, por mucho que pensé, solo encontré una que me gustara más que su libro correspondiente, el “Drácula” de Coppola, me desdigo a mí misma y digo que rara vez una película basada en un libro es mejor que el propio libro. ¿Por qué? Pues porque, en realidad, pocas cosas hay mejores que un buen libro.


“Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado…” no puede entender la anterior afirmación. Estas palabras no son mías, ya me gustaría, son de Michael Ende en “La Historia Interminable”, probablemente el mejor libro del mundo. Cuando su protagonista, Bastian Baltasar Bux, leyó este título y se dio cuenta de que, efectivamente, el libro no terminaría nunca, sintió sudores fríos y tuvo que robarlo: nada podía haber mejor que una historia que no acabase nunca.


Un libro que no se acabe nunca es algo que te sobrevivirá, que seguirá ahí cuando tú mueras. Y eso da miedo, porque la muerte da miedo. Aunque hace poco releí una frase que me tranquilizó al respecto: “Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura”.


La dice Dumbledore en “Harry Potter y la piedra filosofal”. Lo cual me recuerda que las adaptaciones cinematográficas de los libros de Harry Potter son dignísimas. ¿Podría incluirlas en mi lista de películas mejores que sus libros? Bah, a quién quiero engañar… Son dignas pero no son mejores: imposible. Así que mi lista sigue igual, con un solo elemento, “Drácula”. Pues vaya lista más triste

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