Look coachella, la moda más musical

Los festivales de música se han convertido en una pasarela en la que los conciertos pasan, en ocasiones, a un segundo plano, cediendo el protagonismo al "Look Coachella", que el pasado fin de semana volvió a llenar de estilo boho el desierto el desierto de California, aunque perdiendo fuelle en aras de la comodidad

Pasarelas de música

Hubo un tiempo en el que los festivales de música eran eso, festivales de música. Con el paso del tiempo y en gran medida por culpa de las redes sociales, se han convertido en cuidadas y, en ocasiones, surrealistas pasarelas de moda. Lejos quedan ya aquellas épocas en las que el público acudía con ropa, cuanto más vieja, mejor para no temer estropearla. 

Hoy, la foto lo es todo, así que el público, especialmente las mujeres, cuidan al milímetro cada uno de sus looks para acudir a conciertos que, a veces, pasan a un segundo plano. Y el paradigma de esta locura por la estética está en tierras californianas. Coachella, esa ciudad fundada en 1946 y una de las de más rápido crecimiento de Estados Unidos (de 1.000 habitantes en sus orígenes a 41.000 en 2020), se convirtió en un referente de la música independiente en 1999.

Habían pasado entonces 30 años desde la celebración de Woodstock, el festival con mayúsculas que reunió a los más grandes de la música rock y que dejó para la posteridad una estética que hoy muchos imitan todavía y que sirve de base al look festivalero más común hoy en día. El mismo año que nacía Coachella se conmemoraron las tres décadas del evento hippie más grande de todos los tiempos con un festival que resultó ser un desastre. 

Ante la catástrofe nacía Coachella y fue con la irrupción de las bloggers cuando se convirtió en la pasarela boho más fotografiada. Como precedentes a lo “instagrammer” del evento están los afamados modelitos de famosas como Kate Moss en el Glastonbury inglés, que llegó a coronar las botas de goma. Pero el clima de Reino Unido y el del desierto de California poco tienen que ver y menos aún el barro que cubre todo el recinto inglés. Así, Glastonbury se situó como el festival de la moda realista mientras que Coachella quedó reservado para las más “fashion” del momento. Tanto que muchas marcas incluso llamaron con su nombre a colecciones cápsula estivales.

Y este año, la locura ha vuelto. Fue en 2012 cuando este festival dio un salto de gigante ampliando su celebración a dos fines de semana y encabezado por los artistas más famosos. Tras el parón de la pandemia y una edición algo más descafeinada en 2022, Coachella ha regresado más triunfal que nunca. Pero algo en la moda ha cambiado. 

Siguiendo la máxima de que cuando algo es “mainstream”, sus prescriptoras lo rechazan y buscan una nueva moda, las celebridades que han acudido este año a Coachella parecen haber apostado por la comodidad que piden tres días llenos de conciertos y bailes. Mientras el “look Coachella” lleno de trenzas, pegatinas y flecos ha invadido los festivales de música de todo el planeta (basta echar un vistazo al “street style” de eventos como Mad Cool o Primavera Sound), el evento más multitudinario parece haber comenzado a escribir el siguiente capítulo de la moda festivalera. 

Es el caso de Kendall Jenner o Hailey Bieber, dos de los grandes iconos de la moda para la generación Z, han apostado por modelitos sencillos con camisetas básicas y vaqueros o total look en negro. Nada que no hagan ya aquellas que llevan años acudiendo a los festivales con el mundano objetivo de escuchar a los artistas que llenan el cartel. Aunque, por supuesto, las hay fieles a su estilo. Es el caso de la modelo Alessandra Ambrossio, que no ha renunciado a ese hippie glam que año tras año la viste para esta ocasión. 

Las tendencias

En cualquier caso, no hay duda de que los festivales son espejo del momento social que vivimos y, por supuesto, también de las tendencias que mandarán en la moda este verano. Aunque todo llevado a su extremo, en Coachella se han visto los vestidos de cortes geométricos y transparencias que podemos encontrar en el catálogo de cualquier tienda. Tops escultóricos y odas al cuerpo al más puro estilo Schiaparelli, rejilla y bragas a la vista (una discutible tendencia que ya ha conquistado a algunas), vaqueros y pantalones agujereados con formas, corsés lenceros o tops mínimos son algunas de las modas que han dejado verse en esta sonora pasarela durante el pasado fin de semana.

Pocas de estas propuestas tienen pinta de cómodas y menos para tres días de música en el desierto, pero sirven de pinceladas para los meses que están por venir y que las calles adaptarán a una estética más funcional. El ganchillo, que no faltaba en Woodstock, tampoco puede faltar en Coachella como una de las grandes tendencias de este verano que es. 

Y todavía queda el segundo fin de semana de esta desértica y forzada pasarela musical. 

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