Entre las excepciones surgieron series tan sorprendentes y recordadas como “Doctor en Alaska”, estrenada en España en abril de 1993 por La 2
LA TELEVISIÓN de hoy no tiene reparos en llenar su programación de series de gran calidad, una apuesta que hace 20 años era casi impensable en España. Los inicios de los 90 eran carne de producciones patrias, de lucha encarnizada entre televisones privadas, de galas patrias y programas de variedades casposos, de “Hola Raffaella” y “Contacto con tacto”, de Pedro Ruiz y Gurruchaga disputándose audiencias. Poco hueco y presupuesto para producciones extranjeras que fueran más allá del chiste fácil.
Entre las excepciones surgieron series tan sorprendentes y recordadas como “Doctor en Alaska”, estrenada en España en abril de 1993 por La 2, y que supuso uno de los primeros ejemplos de comedia moderna en nuestro país. Las desventuras del doctor Fleishman supusieron una bocanada de aire fresco, convirtiéndose en una serie de culto en un año en el que la muy inferior “Lleno por favor”, con Alfredo Landa, Lydia Bosch y Micky Molina (inolvidable “Gasofa”), arrasó en audiencia.
