Les hablo de una serie novísima, “Flesh and Bone”, que me está pareciendo el no va más
Año nuevo, vida nueva, claro que sí. ¿Claro que sí? Si no han sido capaces de ir al gimnasio, de dejar las grasas saturadas, ni de abandonar el tabaco… si tampoco han sido capaces de cambiar los bestsellers por autores decentes (y miren que les recomendé unos cuantos la semana pasada)… si ni tan siquiera han pasado de Rihanna o Bustamante, para escuchar a Alabama Shakes o a Supersubmarina, al menos dejen de ver series apestosas y engánchense a las buenas: su cerebro, sensibilidad y gusto se lo agradecerán.
En esta ocasión les hablo de una serie novísima, “Flesh and Bone”, que me está pareciendo el no va más: cada capítulo es de casi una hora y, cuando acabo de verla, me duelen los ojos y me doy cuenta de que es porque no he pestañeado ni una sola vez, no sea que me pierda un fotograma. No es de extrañar, su productora, Moira Walley Beckett, era productora y guionista de Breaking Bad y David Wiener, uno de sus guionistas, lo es también de Fear the Walking Dead. Si con estos créditos no corren a verla, los doy por imposibles, de verdad.
Aunque en esta columna, como en principio hablo de libros, suelo destacar el guión de las series que les recomiendo, en este caso, y a pesar de que, evidentemente, el guión es muy bueno, he optado por hablar de la dirección: la fotografía, la realización, el casting, la dirección de actores… es todo de una brillantez y elegancia apabullantes.
Para los heterazos que se piensen que una serie producida y escrita (entre otros) por una mujer, no tiene nada que ver con ellos, les diré que hay sexo, drogas y… no, no hay rock and roll pero quien no se emocione con la música clásica tocada en un piano, es que tiene una tabla de retrete por corazón. Flesh and Bones. Online. En versión original. Esto les cuento. Feliz año nuevo.
