Odile Rodríguez de La Fuente, el legado de la pasión por la naturaleza

Odile Rodríguez de la Fuente.
photo_camera Odile Rodríguez de la Fuente.

“Félix. Un hombre en la Tierra” es el libro que Odile Rodríguez de la Fuente presentará el próximo jueves 15 en el Foro de La Región, sobre el legado de su padre.

Odile Rodríguez de la Fuente (Bilbao, 1973) tenía siete años cuando su padre, Félix Rodríguez de la Fuente, fallecía en un accidente de aviación en Alaska. Su muerte prematura truncó la carrera del que sin dudas fue el más grande naturalista y pionero en la defensa del medio ambiente. Ella tomó el relevo en el legado de su padre como divulgadora científica y luchadora para lograr que la conciencia de una vida en equilibrio con la naturaleza forme parte de nuestra cultura.

Cuarenta y dos años después de su muerte, la pandemia, los efectos tan evidentes del cambio climático, ¿No le parece que hay muchos indicios que apuntan a que su padre fue un adelantado a su tiempo?

Totalmente. Yo diría que incluso al nuestro. Y esa es una de las conclusiones que se pueden sacar de la lectura del libro, que más que un naturalista, un ecologista, una persona que nos hablaba de nuestra fauna Ibérica era sobre todo un filósofo. Era un humanista y fue una persona que principalmente nos hizo despertar a una forma diferente de estar en el mundo. No con esta herencia que tenemos que es sobre todo de usar, de manipular y de explotar el entorno, sino de revincularnos a nuestra esencia que es la naturaleza, porque nosotros somos una extensión de la naturaleza, somos naturaleza pensante, y cómo eso nos puede brindar muchísima felicidad, un sentido de mucha mayor plenitud y sobre todo nos puede ayudar a encontrar también nuestro rumbo en la vida. Yo creo que sobre todo su mensaje era un mensaje muy humanista y que nos hablaba de recuperar el vínculo con la naturaleza.

Félix rodríguez de la fuente formó parte de una rarísima generación formada por él, Cousteau o David Attenborough que lograron hitos que no volvieron a repetirse, ¿a qué lo atribuye?

Es fruto de la época. Ellos fueron pioneros en un momento en el que conceptos como medio ambiente, sostenibilidad y ecologismo no existían. Piensa que mi padre comenzó con su actividad en los años cincuenta. En España, por ejemplo, existía entonces la junta de extinción de animales dañinos, en toda Europa y en Estados Unidos se habían extinguido muchas especies, como el lobo y se premiaba por la caza de muchos depredadores. Era una época en la que primaba la visión de explotación del medio y este tipo de ideas eran totalmente rompedoras. Ellos fueron pioneros en hablarnos del medio natural, de todo lo que teníamos en el mundo y de la importancia de los ecosistemas para sostener la salud global, tanto del planeta como de los propios humanos. Aquella singularidad les dotó de un impacto en una época en la que había menos recursos y menos medios que hoy, con más divulgadores y medios de comunicación y, también hay que decirlo, con más conciencia ciudadana, se queda diluida.

En el caso de su padre, recuerdo que su programa lograba audiencias de decenas de millones de espectadores, hoy totalmente imposibles.

La serie “El hombre y la Tierra” tenía más audiencia que el fútbol. Si el programa de mi padre estaba situado en ese tramo de máxima audiencia dentro de la parrilla de televisión era porque se trataba del programa más seguido de la época. Fue de las pocas personas que entró de forma transversal en todos los rincones de este país, independientemente de edad, clase social, nivel educativo… y se convirtió en una de las personas más queridas de nuestro país.

Odile Rodríguez de la Fuente.
Odile Rodríguez de la Fuente.

¿Fue también un adelantado, técnicamente?

Sin duda alguna. Además de emplear los mejores medios del momento, pues rodaban en 35 milímetros, inventaron técnicas para poder ver dentro de la vida íntima de los animales y consiguió tomas e imágenes que nunca se habían rodado ni visto antes. 

¿Cómo ha influido el legado de su padre en su trayectoria como divulgadora científica?

Desde que tengo uso de razón siempre quise hacer lo que hacía mi padre y por eso estudié producción de cine y ciencias biológicas y estuve en National Geografic y a lo largo de mis años de carrera he ido descubriendo que el audiovisual es un medio maravilloso para divulgar este tipo de valores. Y al igual que él me atrae la divulgación científica por esa aventura del saber que representa el conocimiento, el descubrimiento, cuestionarnos ciertos aspectos que han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad y compartir esas reflexiones con los demás. Eso es lo que me llena y a mi padre era lo que le estimulaba. Compartir con pasión ese fenómeno vital.

¿Haría falta un cambio en el sistema educativo para promover más conciencia sobre el respeto a la naturaleza?

Es cierto. Pero ocurre lo mismo con el resto de las materias. Es muy difícil que un niño se enamore de las matemáticas, de la física o del lenguaje, únicamente con los estímulos que recibe de la educación reglada, por como es el propio sistema educativo. Generalmente sucede por influencia de padres, familiares, personas que están fuera del sistema educativo o, con un poco de suerte por profesores muy vocacionales que transmiten esa pasión por una materia determinada. Y a mi juicio sucede no porque sean temas que no se aborden en la educación reglada, que sí se hace y en nuestro caso concreto, en conocimiento del medio vemos que se abordan cuestiones como el cambio climático. Pero se hace de una manera exenta de alma, muy mecanicista, para memorizar y no ensalza la curiosidad innata con la que todos nacemos. El sistema tiene que girar 180 grados.

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En sus charlas defiende el rural como parte de la solución a problemas como el cambio climático. También lo dicen los discursos políticos, pero se quedan ahí, en el discurso ¿Por qué?

Tan sencillo como el hecho de que los votos no están en el rural, sino en los núcleos urbanos. Y es dramático porque si no cuidamos el rural, sino revitalizamos esa España vaciada vamos a desvertebrar el territorio. No se pueden destinar los recursos en función de la población, porque entonces perpetuaremos un desequilibrio que terminará pasándonos graves facturas. Es una cuestión, si se me permite aunque sea una expresión grandilocuente, de seguridad nacional, porque ahí está el sector primario con la agricultura y la ganadería que perderemos y nos hará más dependientes de otros países.

Del enorme legado de Félix Rodríguez de la fuente, ¿cuáles cree que tienen más vigencia en este momento?

Probablemente, el humanismo del que hablaba antes. Ese discurso unificador que hoy tanto se echa en falta, que no se politice, que lo que haga es sacar lo mejor de cada uno para unificarnos en vez de utilizarlo como herramienta de conflicto. Esa visión en la que mi padre nos elevaba por encima de cualquier diferencia, de cualquier ideología, en la que nos enseñaba a poner la conciencia al servicio de la vida, generaba un entusiasmo que era inclusivo. Es algo que nos hace mucha falta para afrontar esta crisis sistémica, donde la diversidad de pensamiento nos vuelve más fuertes.

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