Pazo Tizón, un tinto en la frontera del Ribeiro

Cuando Pedro Paz compró el Pazo Tizón, en Moldes (Boborás), tenía en mente dos ideas. Hacer de él su casa en Galicia y crear una bodega de la que saliesen los mejores vinos que se pudieran cultivar en aquellas tierras altas del Ribeiro. Han pasado ya casi veinte años y se puede decir que ambos objetivos han quedado cumplidos. Es su vivienda, muy cerca de donde nació y allí tiene su hogar en las largas temporadas, tan largas como le resulta posible, que pasa en Galicia. Como bodega, en estos años ha logrado un bien merecido catálogo de premios. Desde el que le otorgó la cata oficial de los vinos del Ribeiro hasta medallas de plata, oro y platino en los más importantes concursos internacionales. La clave de ese éxito está, en primer lugar, en la elección del viñedo. Son tres fincas que suman un total de unas diez hectáreas. Dos se encuentran en la misma parroquia que el pazo. Una de ellas, lo rodea. La tercera, está en la parroquia vecina de Liñariños. Es un viñedo de altura, en la frontera del Ribeiro, como la Fortaleza Bastiani de la novela “El desierto de los tártaros” del Kafka italiano, Dino Buzzati. Una bodega que merece la pena visitar y disfrutar. Entre otras razones, porque beber allí sus vinos hace que cobren otro significado. Se explica por qué la Treixadura y el Albariño se manifiestan de manera tan expresiva. O por qué su vino tinto es capaz de alcanzar ese grado de calidez, ese trago tan suave y a la vez afrutado, sin pasar por madera. El ensamblaje de Pazo Tizón tinto está integrado por Mencía del Ribeiro, Araúxa o Tempranillo, que se ha adaptado perfectamente a este valle de tantos contrastes térmicos y un poco de Garnacha tintorera, una uva que está volviendo a recuperar el reconocimiento tanto de la crítica como de los consumidores tras una etapa en la que, quizás por un mal uso de ella, llegó a estar muy denostada. Son 8.000 botellas elaboradas a partir de las uvas que se recogen de una parcela de dos hectáreas y se trabajan con mucho mimo. Un vino que sirve para reafirmar, y por suerte cada vez son más los que apuestan por ello, que el Ribeiro, tierra de excelentísimos blancos, no se queda atrás en los tintos. Pazo Tizón además de bodega y pazo residencial es ahora un centro de enoturismo que atiende con gran amabilidad a los visitantes y también un espacio para la celebración de todo tipo de eventos, tanto familiares como de negocios y reuniones profesionales. Digamos que ha cerrado el círculo y con él ha abierto sus puertas para que sea una bodega acogedora.