Pirojardinería, la defensa contra los incendios

Incendio en un bosque.
photo_camera Incendio en un bosque.
Existen muchas estrategias de jardinería, pero pocas son tan novedosas como los pirojardines, espacios vegetales que ayudan a mantener a raya el avance de las llamas llegando incluso a detenerlos por completo si están bien diseñados

Nos adentramos en agosto y el riesgo de incendio se incrementa. Tal y como ha anunciado la Aemet, el riesgo de incendio en la provincia de Ourense se encuentra en un nivel alto durante esta semana. Además, la previsión meteorológica anuncia que las temperaturas subirán la semana que viene, llegando a alcanzar los 40 grados, algo más normal para la época del año en la que nos encontramos. Con estas condiciones, no está de más tener en cuenta que, de todas las especies vegetales, hay algunas que son más resistentes a los incendios, dificultando el avance de las llamas en el peor de los casos.

Como hay especies pirófitas, que son más propensas a ayudar al fuego a propagarse durante los incendios debido a que, gracias a su rápido crecimiento, son las primeras en imponer su territorio una vez acabado el incendio, también hay especies que ayudan a ralentizar este fenómeno natural debido a sus condiciones.

Para explotar esta condición de algunas plantas de ayudar a prevenir incendios debemos hablar de la pirojardinería. Esta corriente todavía se encuentra bajo estudio, pero ya son muchos lugares los que han decidido ponerla a prueba mostrando resultados. La pirojardinería es una estrategia que consiste en diseñar jardines que no solo son capaces de resistir las llamas durante un incendio, sino que además, ayudan a frenar el avance de éstas. Las principales fortalezas de la pirojardinería son:

  •  Reducir el riesgo de propagación
  •  Ayudar a conservar masas vegetales
  •  Crear espacios autoprotegidos

Para crear un espacio que ayuda a cumplir estas fortalezas, debemos estudiar bien las principales estrategias que esta estrategia utiliza para llevar a cabo su función de la manera más eficiente.

Selección de especies

El punto más importante es la selección de especies, ya que dependiendo de las plantas que utilicemos, nuestro pirojardín será más o menos efectivo. Deberemos buscar las especies que mejor se adapten a la climatología local, pero que, a su vez, sean resistentes y cumplan las necesidades de esta estrategia. Las especies que entran dentro de esta categoría son las que tienen un alto contenido en agua como por ejemplo las crasuláceas, el lentisco, los madroños, los álamos o la aquilea. Si utilizamos estas especies, podremos asegurar que el fuego será frenado una vez se topen con ellas, independientemente de las condiciones ambientales del entorno.

Crear zonas seguras

Si disponemos de estas especies vegetales muy próximas a otras especies, esta barrera natural no supondrá un elemento muy efectivo, pues las llamas continuarán con su avance. Por esta razón, necesitamos crear espacios de seguridad entre medias para permitir que el fuego se detenga y de tiempo a reaccionar.

Mantenimiento

Si no practicamos un adecuado mantenimiento, esta estrategia no será tan útil como debería. Realizar las podas adecuadas, respetar los marcos de plantación y limpiar las malas hierbas que surjan en las inmediaciones serán tareas esenciales que se deberán realizar para poder mantener el nivel de rendimiento de nuestro pirojardín.

Eliminar el exceso de biomasa 

La biomasa es combustible para los incendios. Toda masa orgánica que pueda resultar inflamable deberá ser limpiada y recogida para evitar que el fuego tenga una vía alternativa para mantenerse mientras atraviesa nuestras defensas.

Cumpliendo estas condiciones dispondremos de un jardín que frenará el avance del fuego, aportando un tiempo que será clave para reducir las pérdidas.

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