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Las plazas quieren convertir la compra en una experiencia gourmet

Ourense. 9-05-2016. Praza de Abastos y rianxo. Paz

Quiencrea que los centros comerciales son un fenómeno del siglo XX está equivocado. Nacieron al tiempo que las ciudades, en la Edad Media. Eran las Plazas de Abasto. Hoy buscan su futuro en retomar su principal valor: el producto de cercanía y la gran variedad reunida bajo un mismo techo para convertir la compra en una experiencia gourmet

Comodidad e higiene fueron dos conceptos revolucionarios que aportaron los mercados o plazas de abasto cuando nacieron. Comodidad para los vendedores que así compartían un mismo techo y los gastos de mantenerlo, pero también para los compradores que en un solo viaje podían hacerse con todos los ingredientes de la cesta de la compra.

Todavía perviven esas características que le dieron viabilidad histórica a un formato que hoy día busca una reformulación entre su carácter tradicional y nuevos valores que atraigan a un público joven que se ha acostumbrado al carro de la compra y a pasar la mano por los lineales de supermercados e hipermercados.

En ocasiones esa revisión se basa en la alianza entre dos supuestos adversarios: en una planta, los puestos de venta de fresco, con los comerciantes tradicionales de la plaza. En otra, el supermercado, ofreciendo aquellos otros productos que complementan los servicios de sus moradores originales.

El éxito de algunos mercados viene de la mano de otro tipo de estrategias, como que el comprador pueda consumir el producto adquirido sin salir del edificio, gracias a los puestos en los que se ofrece ese serivcio adicional. En aquellas ciudades en las que se ha implantadoesta posibilidad, las plazas no solo han propiciado el regreso de jóvenes, sino también la masiva concurrencia de turistas que han añadido las plazas de abasto a su lista de visitas.

En Santiago, por ejemplo, se asoman tantos turistas como indígenas. En Vigo, plazas como la de O Berbés, tan cerca del puerto y de la ruta de las decenas de miles de cruceristas que visitan la ciudad cada año, muestras así el carácter de una urbe que es la base del mayor puerto pesquero de Europa y despliega como un activo más la gran diversidad gastronómica que provee el mar.

Ourense no se queda atrás, si tenemos en cuenta que su plaza principal está cerca de la catedral y al lado de Las Burgas, los dos puntos más concurridos por los turístas y dispone de un rianxo único en Galicia. 

¿Qué pasaría si un visitante pudiese degustar allí mismo unos pimientos de Arnoia, o de Oímbra, con un vino de una de esas mismas tierras? Su destino es volver a convertirse en el gran escaparate gourmet de la gastronomía más tradicional.

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