Portugal, nuestro vecino, está dando grandes sorpresas en muchos aspectos. En el ámbito vitivinícola también. Y la prueba está en los triunfos que siempre logra en los grandes concursos internacionales. El año pasado regresó de Burdeos con 96 medallas, de las cuales 52 fueron de oro y del concurso mundial de Bruselas, con 365 medallas, de las que 11 fueron grandes oros y 135 medallas de oro. Ningún país con su limitada producción, algo más de 5 millones de hectolitros consigue tantos galardones. Si excluimos Francia, España e Italia, los grandes productores de vino del mundo, el resto se quedan muy rezagados frente a Portugal, con extensiones de viñedo que, como en el caso de Estados Unidos cuadriplica a nuestro país vecino.
¿Por qué será? La primera razón es su espíritu competitivo. Conscientes de que su producción de vinos de calidad es superior al consumo interno, buscan en los concursos internacionales una plataforma de promoción y de prestigio. En Galicia todavía son pocas las bodegas que consideran participar en concursos una buena inversión y en eso nuestros vecinos nos dan una importante lección. La segunda, su larga tradición y el orgullo que sienten por esa tradición, de comerciantes internacionales de vinos.
Primero fueron los vinos de Oporto, los Madeira, pero también los del Douro, Dão, Alentejo. Los vinhos verdes, que son los más próximos a nosotros por características climáticas, del suelo y las variedades de uva son tal vez los más rezagados. Pero ya están empezando a cruzar muchas fronteras, con sus ensamblajes similares a los que se elaboran, sobre todo a este lado del Miño, con el Sousón como gran patrón de los tintos y Albariño, Treixadura y Loureira en los blancos.
El ensamblaje Alvarinho y Trajadura, que hace apenas una década era prácticamente monopolio de la subregión de Monçao-Melgaço, ya se ha extendido a otras, como las Terras de Basto, territorio al que pertenece este Quinta da Raza. Un vino joven, muy afrutado, con un punto de acidez ligeramente mayor que el que tienen sus hermanos gallegos y un precio (el que se señala es el de una tienda online española) muy competitivo.
Burdeos y Bruselas se retrasan
La crisis del covid-19 ha obligado a interrumpir el calendario de los grandes concursos internacionales y los que estaban previstos para los últimos días de abril y primeros de mayo se han aplazado. El Desafío Internacional del Vino que se celebra en Burdeos ha trasladado hasta los días 17 y 18 de julio la cata oficial. El mundial de Bruselas, retrasado inicialmente para junio ha desplazado sus fechas hasta septiembre y el International Wine Challenge, de Londres, ha quedado aplazado hasta el mes de noviembre. En todos ellos la presencia de vinos gallegos es muy relevante y sus éxitos son cada año más notables.
