¿Qué son los calambres musculares?

Los calambres musculares asociados al ejercicio son algo habitual en los deportes de resistencia, afectando a un 67% de triatletas y a un 30-50% de maratonianos, estando también muy presente en deportes como el rugby (52%) .

¿Qué son?

Se trata de contracciones musculares localizadas, dolorosas e involuntarias que ocurren durante o inmediatamente después de la práctica de ejercicio. Los músculos más afectados suelen ser los isquiotibiales, los cuádriceps y el gastrognemio (o “gemelos”), siendo este último el más común.

¿Por qué se producen?

En primer lugar, debemos decir que al tratarse de un fenómeno que ocurre de forma espontánea, es difícil su investigación. Actualmente, existen dos teorías: una más antigua, que lo relaciona con el desequilibrio electrolítico y la deshidratación, y otra más reciente que lo asocia a una alteración del control neuromuscular.

Teoría del desequilibrio electrónico y la deshidratación

El proceso que defiende esta teoría, se basa en una pérdida de sudor excesiva que dará lugar a cambios en la osmolaridad entre el plasma y el líquido intersticial, desembocando en el calambre muscular.


TEORÍA DE LA ALTERACIÓN DEL CONTROL NEUROMUSCULAR

Miller et al. (2010) y Braulick et al. (2013), fueron alguno de los autores que refutaron la teoría anterior, ya que no encontraron correlación entre baja hidratación y calambres musculares.

En esta misma línea, Schwellnus (2009) y Layzer (1994) se centraron en una posible alteración del control neuromuscular.

Aunque no está claro como estos cambios pueden desembocar en calambres musculares, se sugiere que puede ser debido a una hiperexcitabilidad del conjunto de motoneuronas debido a la perturbación del normal funcionamiento de los receptores musculares periféricos, provocando mayor actividad de los husos musculares1 y menor feedback de los órganos tendinosos de Golgi2, dando lugar a una descarga sostenida manifestado en forma de calambre muscular.

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