¿Quieres perder peso? Deja de contar calorías

Cuando buscamos reducir nuestro porcentaje de grasa corporal, en un primer momento y desde un punto de vista teórico, puede parecer sencillo. Si adoptamos una visión simplista, lo único que tendríamos que hacer sería ingerir menos calorías de las que gastamos. Pero la realidad es que si lo reducimos todo a esto, lo más probable es que fracasemos en nuestro intento. Por lo tanto, debemos tener clara una cosa, si queremos generar un impacto en nuestro organismo, deberemos tener muy en cuenta los estímulos que le damos y entender como le afectan estos. ¿Por qué mucha gente fracasa? En primer lugar, debemos saber que para nuestro organismo continuamos viviendo en un contexto de pura supervivencia, intentando por todos los medios garantizar esta. Dicho esto, el hecho de reducir nuestro procentaje de grasa corporal no es algo que a nuestro cuerpo le interese, ya que lo entiende como algo negativo. Por lo tanto, va a hacer todo lo posible para evitarlo y que desistas de tu objetivo. Si sumamos esto al estilo de vida actual en el que estamos rodeados de productos ultrprocesados y mantenemos un nivel elevado de sedentarismo, tenemos el cóctel perfecto para una sociedad con sobrepeso. ¿Cómo se defiende nuestro oraganismo? En base a lo anterior, nuestro cuerpo va a trata de mantener un determinado porcentaje de grasa corporal, esto se conoce como “set point”. Si tratamos de romper este equilibrio, nuestro organismo tratará de impedirlo por todos los medios. Para ello, cuenta con un complejo sistema regulatorio en el que participan multitud de hormonas y señales químicas, siendo los actores principales la leptina1 y el hipotálamo. Cuando perdemos grasa, nuestros niveles de leptina bajan, esto provoca una ralentización del metabolismo que dará lugar a un aumento de nuestro apetito y a un descenso de nuestros niveles de actividad, sintiendo mayor pereza para movernos. Este mecanismo de regulación se conoce como adipostato, y es en parte modificable. El hipotálamo es el encargado de regular nuestra homeostasis energética2, teniendo su propia idea de cual es nuestro peso ideal. En las últimas décadas, este sistema se ha desajustado, nuestro organismo requiere mayores niveles de leptina para interpretar que tienes suficiente grasa. Por lo que nuestro “set point” se establece en un porcentaje de grasa más elevado. Ten en cuenta que ... Cabe mencionar aquí el término conocido como “efecto rebote”. Bien, cuando la pérdida de peso es igual o superior a un 10%, nuestro metabolismo se ralentiza por encima de lo que correspondería con los kilos perdidos. Cuando regresamos a nuestro peso anterior, esta ralentización se mantiene, contribuyendo al efecto rebote. Con las semanas, recuperaremos nuestro set point anterior, pero es probable que nuestro entorno hormonal se vea perjudicado y aparezcan nuevas células grasas que dificulten la pérdida de grasa en el futuro. Por lo tanto, es mejor que hagamos las cosas bien desde un principio.