Las uvas gallegas tienen seguidores en Asia

Europa sigue manteniendo el foco de atención en el mundo del vino, pero cada vez con menos hegemonía, ya no solo por la importancia de las regiones vinícolas en zonas como las américas, del norte, centro y sur, Oceanía y Sudáfrica. También por la creciente expansión del viñedo en Asia.

Además de extenderse el cultivo y elaboración, también crece la demanda y eso explica que el Asian Wine Trophy, un concurso anual que se celebra en Corea del Sur, cuente ya con más de 4.300 vinos, procedentes de 34 países, entre ellos España, que son evaluados por un jurado integrado por 140 expertos y prescriptores de ese continente.

En la edición de 2022, cuyo palmarés fue divulgado hace unas semanas, hay tres medallas de oro, ganadas por otros tantos vinos gallegos. Se trata del monovarietal de Treixadura Amavida de Bodegas Alanís (Ribeiro), del Albariño Porta da Ría de Rectoral do Umia (Rías Baixas), ambos vinos del grupo ourensano Bodegas Gallegas, y el tercero es el también monovarietal de Albariño de la subzona de Rías Baixas de O Rosal, Abadía de San Campio, que elabora Terras Gauda.

Indagando entre las variedades que fueron utilizadas para la elaboración de vinos con medalla de oro nos hemos encontrado con otras de las más comunes uvas autóctonas gallegas: Loureira y Sousón, aunque en este caso, vinificadas en bodegas de la denominación de origen portuguesa Vinho Verde y la IGP Vinho Regional Minho, todas ellas prácticamente en los lindes con las provincias de Ourense y Pontevedra, pues sus viñedos están en Ponte da Barca, Ponte de Lima, Monçao y Melgaço y Amares.

Como sucede en la mayoría de los concursos internacionales, dominan las variedades francesas que han colonizado prácticamente todos los mercados del mundo y también buena parte de los viñedos que se están plantando en aquellas regiones en las que se está apostando por la viticultura. Pero estos ocho vinos elaborados en el noroeste de la península ibérica se han plantado como punta de lanza en un continente que ya empieza a apreciar los vinos gallegos, como se vio en los Sakura Wine Awards de Japón.

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