¿Una zarzuela rockera?

Salvador Domínguez, la guitarra por excelencia del rock español, hace gala de su virtuosismo y originalidad al presentar una canción basada en la afamada zarzuela “Doña Francisquita”, escrita por su tío Federico Romero Sarachaga, de quien conserva un educador y cariñoso recuerdo: “Verle trabajar en su despacho, rodeado de fotos de Vives, Serrano o Sorozábal, a cuyas músicas él había puesto letra, era un curso avanzado de cómo organizarse a la hora de escribir. De este importante detalle no fui consciente hasta mucho tiempo después, cuando me tocó desarrollar lo que llevaba dentro, sólo que en clave de Hard Rock y Blues, y no de Zarzuela”. Quien fue miembro de bandas como las de Pekenikes, Miguel Ríos o Banzai, y también es célebre como escritor por “Historia del Rock Hispano”, honra, así, el recuerdo de una familia que lo acogió en España cuando, de niño, desde Caracas, venía a recuperarse de sus alergias y su tos. En el avión con el que cruzaba el Atlántico escuchaba una y otra vez el “Fandango de Doña Francisquita”, ahora reconvertido en la obra de tres partes “Fandango (in Rock)-Seville is Burning”-“Dance of the Knives”. ¿Cómo se mantiene la ilusión por hacer rock en un contexto en el que no es la música más escuchada? No lo sé. Llevo en esto desde que tenía 10 años. No he hecho otra cosa desde entonces, salvo escribir libros sobre música y tutoriales de guitarra. Nunca me he cansado ni me he venido abajo demasiados días. No quisiera parecer idiota si digo que mi cabeza sigue igual de fresca que entonces. Miento, mucho más, porque ahora, y gracias al conocimiento adquirido estos años, soy libre para transportar a la guitarra las ideas que se me ocurran, por muy complicadas que sean. Claro que para lograrlo hay que echarle horas y más horas, y estar siempre dispuesto a aprender de los demás. Como conocedor del género, tanto por músico como por escritor, ¿por qué cree que en España hay cada vez menos público de rock y más público de ritmos como el reguetón o el trap? Yo no estaría tan seguro. En la actualidad, los gustos musicales están muy polarizados. No sólo en España. Es una cuestión global, y muy especialmente del mercado hispano. Las grandes discográficas y productoras, que son quienes financian los gastos de la grabación del disco, de un costoso vídeo y su promoción apuestan casi exclusivamente por artistas de los estilos que mencionas. Van a lo seguro y han creado un mercado de consumo gigantesco. Cuando publican algún disco de rock, de jazz o de blues, suele tratarse de una reedición Deluxe de bandas de hace 40 años.