La mejor captura de la temporada

Álex Bardelás (O Carballiño, 2003) empezó muy joven a tirar la caña. Lo hizo por influencia de su tío y padrino. Primero por afición y, luego, también por competición. Fruto del trabajo y las horas con los pies en el agua, los resultados han llegado. A nivel autonómico, nacional y también internacional. Y es que el ourensano logró la medalla de oro con la selección española en el “VII Campeonato del Mundo Salmónidos Mosca Masters” celebrado en Trentino (Italia). “Fue una experiencia muy positiva. Fuimos una semana antes para entrenar y, desde el principio, una concentración muy buena, con un grupo de gente que nos llevamos genial. Fue entrenar siete días y después competir otros cinco. Había que madrugar, nos levantábamos a las cinco de la mañana porque todo allí era desconocido para nosotros. Teníamos una sesión de lago, que en Galicia no tenemos. Pero todo salió genial”, recuerda Bardelás. Defiende los colores de su club, el ADN Ribadavia, con el que empezó a competir a los 12 años. Ahora, los estudios le han llevado a Madrid. Cursa Economía, Negocios Internacionales y ADE. Son 19 asignaturas cada año. “El tiempo no sobra”, admite. "Al empezar la Universidad he pasado a entrenar mucho menos. Los fines de semana, cuando vuelvo de Madrid, aprovecho. Antes iba mucho más, incluso todo el día los domingos, haciendo tandas de tres horas en modo competición". Toca adaptarse para seguir en lo más alto en un mundo no tan conocido para el gran público. ¿Cómo se desarrolla una competición? Un medallista mundial lo explica. "En nivel nacional tienes que controlar a otro pescador. Pescas dos horas de mañana y controlas otras dos. Y por la tarde igual. En el ámbito internacional no. Pescas tres horas y te controlan. El sistema de puntuación está basado en el número de truchas y en su tamaño. Pescas sin muerte, la llevas al controlador, anota los centímetros y, con las reglas, te otorgan unos puntos que sirven para hacer la clasificación", detalla Bardelás. Como buen pescador tiene sus lugares “fetiche” para disfrutar de su pasión. “En Galicia, el río Xallas y el Deza. Fuera de Galicia me gusta mucho ir a pescar en León. Cuando puedo escaparme tres o cuatro días voy para allá porque es una pasada”. Él todavía es muy joven, pero con la suficiente experiencia para ver que cuesta que otros chavales se sumerjan en este mundo. "Cada vez hay menos gente que empiece en la pesca. Cuando empecé hacíamos campeonatos de Galicia juveniles de 15 personas. Ahora, al último, fueron tres o cuatro. Nosotros trabajamos para que la gente se anime, pero es complicado. Es un deporte claro, hay que trabajar duro".