Después de sufrir tres derrotas consecutivas, los jugadores de Isidro Grela derrotaron el domingo al Vilalba por 10-5
Por fin llegó la esperada primera victoria del Pazo Tizón Carballiño Fútbol Sala. Fue necesario esperar cuatro jornadas para ver a los chicos de Isidro Grela sumar sus primeros puntos en liga, pero los diez goles que le endosaron al Vilalba (10-5) en su partido del pasado domingo pueden ser un buen indicador de cambio de tendencia para el equipo carballiñés.
Para empezar, el Pazo Tizón dijo por fin adiós al farolillo rojo y a una situación complicada que nadie se esperaba de inicio. "Habíamos hecho una buena pretemporada, así que no nos lo explicábamos", comentó el entrenador del equipo, que achacó estos problemas iniciales a las "dificultades para meternos en los partidos, ya que encajábamos muchos goles por errores propios", especialmente en lo relativo a pérdidas de balón.
El Pazo Tizón parece haber recuperado la moral tras el trabajo realizado a lo largo de la semana para revertir este comienzo complicado. "Nos centramos en analizar los errores que cometíamos y en enfocar nuestro día a día en corregir aquellos que más repetíamos", explica Isidro Grela.
La temporada todavía aún está en fase de arranque, y los objetivos a largo plazo todavía están lejos de definir. El entrenador carballiñés apunta que la expectativa es "sobre todo, devolver la confianza a los jugadores", convencido que las tres primeras derrotas "no son reales". Apostando por un potencial superior de su equipo, Grela señala que "podemos hacerlo mucho mejor" e indica que el trabajo también se orienta en la incorporación de más jugadores que completen una plantilla aún corta.
