ACTIVIDAD FÍSICA

Practicar ejercicio, para dormir como una marmota

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Mi intención inicial era titular este artículo como: ‘Practicar ejercicio, para dormir como un bebé’, pero mi propia experiencia, y la de otros sufridos padres, no se ajusta en absoluto a este célebre dicho. 

El sueño es una parte fundamental en nuestra vida. Un tercio de ella la pasamos durmiendo. Cuando esta función sufre algún tipo de trastorno o carencia importante,  termina afectando a nuestra salud. 

Los expertos diferencian dos tipos de sueño: El Subjetivo (nuestra sensación personal de descanso y reparación) y el Objetivo (evaluable mediante nuestra actividad cerebral, ritmo cardiaco, actividad muscular y niveles de oxígeno en la sangre mientras dormimos. Este estudio se llama Polisomnografía). 


Descanso y medicina


Todas las investigaciones respaldan la relación beneficiosa del Ejercicio Físico y el Sueño. Practicar Ejercicio Físico va a mejorar la calidad de nuestro descanso en circunstancias normales de Salud.

Ahora también sabemos que, para la mayoría de trastornos del Sueño, el Ejercicio Físico también es una barata y sencilla medicina sin los efectos secundarios de otros fármacos convencionales. Los Catedráticos de Psicología Clínica del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada, Gual berto Buela y Alejandro Guillén-Riquelme, respaldan sus efectos positivos en múltiples trastornos, incluso en insomnio.


Cada uno tiene su momento


Como siempre, todo tiene matices. Un tratamiento efectivo responde a un trabajo en equipo entre el especialista, nutricionista y preparador físico. Este trabajo debe ser personalizado, según la edad, sexo, trabajo, condiciones físicas y -muy importante- los ritmos circadianos del paciente. Para algunos el mejor momento del día para ejercitarse es la mañana, para otros, la tarde o incluso la noche.

¿Perjudica el sueño la práctica nocturna? Predomina la recomendación general a no realizar ejercicio vigoroso menos de dos horas antes de acostarse, pero una reciente investigación de la Universidad de Coruña (2015) lo desmiente. Debemos ser prudentes, esperar más información y practicar Ejercicio. 

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